Sugov
Por Fernando Alexis Jiménez
El proceso de negociación del Pliego Petitorio presentado por el Sindicato SUGOV y otras nueve organizaciones sindicales, a diferencia de otros años, arranca con un proceso lento porque lo podría interpretarse, ha sido una estrategia de dilación por parte de la Administración del Gobernador Ubeimar.
El proceso de negociación del Pliego Petitorio presentado por el Sindicato SUGOV y otras nueve organizaciones sindicales, a diferencia de otros años, arranca con un proceso lento porque lo podría interpretarse, ha sido una estrategia de dilación por parte de la Administración del Gobernador Ubeimar.
Hay expectativas, sin duda, porque como organización sindical siempre hemos procurado un aumento justo, digno y necesario para los empleados en medio de la cada vez más precaria capacidad adquisitiva. ¿La razón? La ilusión de recibir el aumento se convierte en flor de un día y se desvanece porque al caer la tarde nos encontramos con la realidad: Todo ha subido por encima de los porcentajes que incrementa anualmente el Gobierno Nacional.
Y esas expectativas se encuentran con una pared: De un lado el anuncio del Gobernador en el sentido de poner sobre la mesa un ajuste del 3.4%, y de otra parte, la ausencia del Secretario de Hacienda de la mesa de negociaciones quizá porque sabe que en esta ocasión “el tajo va a estar duro”.
¿Fortalezas? Sí, la unidad sindical. Somos ahora diez organizaciones sentados en la mesa, luchando por elementos comunes y, cuando sea necesario movilizar a la base, esperamos que los militantes sugovianos se sumen a los afiliados a otros sindicatos que van a darse cita en los diferentes escenarios a los que convoquemos.
El primer día de concertación en firme, el 2 de abril, cerró con la solicitud de los representantes de la Administración Departamental, de un espacio para estudiar el pliego unificado. Como dirigencia sugoviana insistimos en la Mesa de Negociaciones, en que no permitiremos dilaciones, que es una forma diplomática de rechazar cualquier mamadera de gallo a las justas aspiraciones de los empleados públicos de la Gobernación.
Jamás olviden que así tengamos vinculación a un empleo—que es un privilegio ya que en Colombia hay más de seis millones de personas sin trabajo, poniéndole “una trampa a cada centavo”—seguimos siendo clase trabajadora y en esa dirección debemos orientar nuestros pensamientos. No somos estrato 6, somos clase trabajadora, que todavía sufre lo indecible porque la Secretaría de Gestión Humana y Desarrollo Organizacional no ha pagado los anticipos de Cesantías ni tampoco la dotación.
Nota: Como todas mis Columnas de Opinión, lo expresado aquí refleja lo que pienso y no necesariamente es la voz de todo el movimiento sugoviano.
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