Álvaro Ruiz |
| Pretendiendo resolver los problemas de Venezuela, Duque se presenta como adalid libertario pero no ha resuelto los profundos problemas de Colombia. |
Por Fernando Alexis Jiménez
Nadie desconoce la crisis de Venezuela. Alentada por el bloqueo económico extranjero y el propósito de derrocar, no tanto a Maduro como al poder popular representado por el chavismo.
¿Hay inconformidad? Sin duda. El hambre no tiene color político. Pero Duque le quiere poner un tinte partidista. Desconoce que desde hace más de diez años a los venezolanos les llegó la mala hora por cuenta de Estados Unidos y las potencias que no aceptaron un proceso diferente, el que para ellos se constituía en un enorme peligro si encendía la llama en Latinoamérica.
Y en medio de esa vorágine, Duque prestándose para una eventual invasión militar. Lo que no se han medido son las consecuencias. Si bien es cierto y, desde una óptica autocrítica, hay errores en el gobierno de Maduro, también es cierto que millares de personas lo apoyan. El país está dividido, y el problema no se resolverá con la injerencia foránea. Por el contrario, los asomos de guerra civil se agudizarán.
¿Por qué no se ha caído el que llaman el régimen de Maduro? Porque muchos lo apoyan, y si esas miles de personas que se vuelcan a las calles, salen a impedir una invasión a su territorio, lo que podría correr es sangre. Sangre de pueblo, de gente como usted y como yo. Sangre de Juan pueblo, el mismo que poco le interesa a Estados Unidos, Rusia y China. Sacrifican a los peones para avanzar hacia su objetivo, el jaque mate.
Si bien para algunos es un héroe, para otros Duque es un títere pero, al mismo tiempo, un insensato que nos puso en el ojo del huracán.
No ha resuelto los problemas de desnutrición, falta de agua y carencia de servicios entre la población Wayú, pero pretende ser un ícono mesiánico en el escenario venezolano. Ha sido incapaz de atender las dificultades generadas en el Chocó por el invierno, pero se ufana de tener toneladas de alimentos y medicinas para llevar al vecino país.
Los que primero debemos resolver los problemas, somos los colombianos antes de pensar en resolver los de otras naciones. ¿Y Duque? Bien, gracias. Dándose vitrina en la televisión internacional como pretendido adalid libertario, mientras que en Colombia no cesa su propio incendio.
NOTA IMPORTANTE: La presente columna expresa la inclinación de su autor, actualmente miembro de la Junta Directiva del SUGOV, y no compromete el pensamiento del movimiento sindical.
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