Álvaro Ruiz |
| La lucha sindical debe proseguir, a pesar de que los enemigos de la paz se ensañen contra quienes asumimos un día cualquiera el compromiso de defender los derechos de la clase trabajadora. |
El reciente asesinato de 2 sindicalistas en el Valle del Cauca, sumado a la ola de muerte que recorre el país arrasando con dirigentes obreros, pone de manifiesto la vulnerabilidad en la que nos encontramos.”
Por Fernando Alexis Jiménez | Dirigente del SUGOV
¿Por qué razón alguien decide ser sindicalista? Un interrogante gigantesco que no tiene una sola respuesta. Podrían ser muchas. Pero, sin duda, hubo un momento en nuestras vidas en el que tomamos la decisión de decir bastaa las injusticias. Unos lo hicieron empuñando un fusil, otros—como los sindicalistas—haciendo acopio de las pocas herramientas que brinda la ley.
Luchar contra las injusticias que golpean a la clase trabajadora y al pueblo, porque no podemos circunscribirnos a la causa obrera; las luchas del pueblo colombiano son también nuestras luchas.
Aquí el tema no es de ideologías políticas o de militancia en determinado partido. Es un asunto de conciencia, de compromiso, de decisión. Los derechos de los trabajadores no tienen color: liberal, conservador, comunista o camilista. Son sus derechos, hay que defenderlos, y punto.
Esta misma decisión, tomada un día cualquiera en sus vidas, fue la que animó a Mauricio Fernando Vélez López, fiscal de Sintraunal, y a Alberto Roman Acosta, presidente de Sintrainagro Guacarí. Los dos fueron asesinados en menos de un mes, en el Valle del Cauca.
Por supuesto, en este ámbito se ve de todo. Los directivos sindicales que se sienten “amenazados” por panfletos y piden esquema de seguridad, y de la noche a la mañana andan en tremendas camionetas pagadas por el Estado, y dos o tres escoltas que hasta les ayudan a llevar la maleta.
Otros, por el contrario, saben que cuando hay que enfrentar ese tránsito breve entre la vida y la muerte, no hay guardaespaldas que valga. Por ese motivo no se desgastan pidiendo seguridad a un gobierno que si algo no tiene, es interés en brindar garantías para el ejercicio sindical.
En 20 años han sido asesinados 2.5000 dirigentes de sindicatos en Colombia. El portal Verdad Abierta, tras suministrar la cifra, advierte que en su mayoría eran beligerantes, combativos. Fueron guerreros, sin armas, atrincherados en las ideas, en la chapola o la consigna expresada con verraquera en un mitin o en una marcha por las calles.
Sobra decir que sabíamos de antemano que el proceso de paz, inicialmente con las Farc, y posteriormente con el Eln, iba a desencadenar este tipo de arremetidas violentas.
Para los enemigos de la paz, los sindicalistas han sido por años “amigos de la guerrilla”. Pensar diferente, entonces, se convirtió en un delito. Se criminaliza el que alguien opte por la defensa de los derechos de los trabajadores. De ahí el rótulo, aun cuando por sus mentes jamás haya pasado la idea de ser insurgentes; de seguro, si hubiese sido así, se habrían ido para el monte, que dicho sea de paso, en su momento fue una opción respetable y hasta válida.
En las filas sugovianas hasta el momento no hemos recibido amenazas. Aspiramos que siga siendo así. Aun cuando, por supuesto, no bajaremos la guardia y seguiremos denunciando, luchando y creyendo que este sistema algún día tendrá que cambiar, y que será la clase obrera—la mayoritaria en el país—la que tendrá las riendas del poder.
NOTA IMPORTANTE: La presente nota expresa el pensamiento del autor, y es su responsabilidad; no consigna necesariamente lo que opina el SUGOV alrededor del tema.
About Author
