Si algo quedó en evidencia durante el Paro Nacional, es que los medios tradicionales de información, asumieron la tarea de difundir mentiras a favor del gobierno nacional, mientras que los medios alternativos, enfrentaron la “censura oficial”.
Por Fernando Alexis Jiménez | Dirigente sugoviano.
(Ponencia ante el Encuentro de Periodistas en Caracas, Venezuela, con participación de medios alternativos latinoamericanos)
Uno de los bastiones de la democracia, en un país que se precia de serlo, se fundamenta en la libertad de expresión. Sin embargo, Colombia mostró lo contradictorio e incoherente de su discurso, el mismo que aviva en diferentes escenarios internacionales, porque durante los meses que duró el Paro Nacional, se registraron agresiones, detenciones y destrucción de material de 300 comunicadores, principalmente de medios alternativos.
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), de Colombia, denunció que los periodistas fueron víctimas de agresiones durante los dos meses de intensas protestas sociales en el país –mayo y junio–, de las cuales se han podido documentar unas 260 hasta el momento. Se estima que, tres de cada cinco agresores, pertenecían a la fuerza pública. Su intervención, al margen de como debería ser una intervención legal, la amparaban en presuntos aspectos de “seguridad”.
Los lugares donde se presentaron los principales puntos de resistencia de la protesta, como Bogotá (73), Valle del Cauca (45), Antioquia (36) y Cauca (18), se convirtieron, también, en escenario de mordaza a derecho constitucional a informar y ser informados.
El 1 de julio, el senador Iván Cepeda Castro, trinó en su cuenta de Twitter: “Miembros de la Fuerza Pública son responsables de 3.455 agresiones a manifestantes en Colombia. Al menos 44 de los asesinatos sucedieron a manos de los uniformados. Conozcan aquí otras cifras reveladas por Temblores ONG e Indepaz.” Entre los afectados, se encontraban comunicadores populares.
La Voz de América (VOA) visibilizó, en el mes de julio, este delicado asunto al señalar que “Seis periodistas son agredidos cada día en Colombia en el marco de las protestas”. Las agresiones a los medios alternativos se convirtieron en parte del escenario cotidiano en un país en el que, los tres o cuatro medios que monopolizan la información, vendían al mundo entero la imagen de un país sitiado por las movilizaciones, pero desconocían la realidad interna: el estallido fue la consecuencia apenas natural, de la inconformidad acumulada por espacio de muchos años; de ahí que las expresiones de protesta fueran superiores a las del histórico Paro del 14 y 15 de septiembre de 1977.
PÉRDIDA DE CREDIBILIDAD DE LOS MEDIOS TRADICIONALES
A fuerza de repetir lo mismo, los medios tradicionales en Colombia (radio, prensa y televisión), buscaban promover una realidad distinta a la que se vio en las calles. Bajo la batuta de Iván Duque Márquez, quien pasará a la historia como un presidente que empaño la democracia para imponer una dictadura, se asumió la táctica de la ilusión de la verdad, como se le conoce en psicología.
No es otra cosa que la estrategia nazi de propaganda, atribuida a Joseph Goebbels, y que gira alrededor de la premisa: “Repite una mentira con suficiente frecuencia, y se convierte en verdad“.
Pese a ello, a su empeño las veinticuatro horas del día, infinidad de colombianos optaron por los medios alternativos, los mismos que por meses y años pasaron desapercibidos en ciudades y municipios.
Me refiero a los blogs, redes sociales, emisoras comunitarias e, incluso, espacios donde habitualmente se escribían grafitis. Durante el Paro Nacional y, frente a la censura mediática, se convirtieron en instrumentos para socializar información. No obstante, en algunos casos como las transmisiones en vivo, a través de Redes Sociales, se evidenciaron “bloqueos de señal” muy cerca donde los uniformados de la policía arremetían con la los jóvenes de la “primera línea” y diferentes expresiones populares. ¿Quién lo haría? Todos saben la respuesta y no viene al caso, porque es un hecho que los colombianos repudiaron.
PERIODISTAS AMENAZADOS DURANTE EL PARO
Varios comunicadores populares del país, fueron amenazados y, otros, agredidos brutalmente, al tiempo que destruían sus cámaras y grabadoras. Un caso relevante, el de José Alberto Tejada, del canal 2 de televisión en Cali, en el mes de junio. Denunció amenazas, ya que transmitía en directo las protestas.
En uno de sus en vivo, el comunicador denunció que un uniformado le dijo: “Está bueno como para pegarle un tiro”. Los hostigamientos contra él y su equipo, prosiguieron.
En Medellín un periodista del Portal de noticias LaDirekta, fue duramente agredido. Sus equipos fueron destruidos. Los hechos ocurrieron en el sector de Moravia el 28 de julio del 2021.
PRESENTE Y FUTURO DE LOS MEDIOS ALTERNATIVOS
La realización del Paro Nacional evidenció que los medios alternativos son, hoy por hoy, la única vía para estar informados, al margen de los datos amañados que suministran radio, prensa y televisión, adeptos al sistema.
Es evidente, además, que han surgido nuevos vehículos de información, y la idea es que sigan emergiendo. Nada mejor para que la realidad no quede encriptada, a conveniencia del gobierno de Duque. Sin embargo, el quid del asunto radica en las garantías que requieren los periodistas para informar libremente.
En ese orden de ideas, es claro que se requiere una intervención de organismos de prensa internacionales que ayuden a garantizar el respeto del gobierno nacional al derecho constitucional de informar y ser informados… Si es que nos dejan vivir…