
Contra todo pronóstico, la movilización del 1 de Mayo marcó un antes y un después en esta conmemoración y le dijo a todos, y en todos los rincones, que la clase trabajadora respalda los cambios que el país está atravesando.
Fernando Alexis Jiménez | Periodista independiente y dirigente sindical.
Estoy seguro de que la próxima vez que nos reunamos en el SUGOV, Yecid me va a decir: “Viste que la marcha iba a ser gigantesca”, y al tomarme el tinto despacio, aceptando que tenían razón, le tendré que explicar: “Hay que reconocer que la propaganda negra de los medios de derecha, no surtió efecto y la gente, de todos los rincones del país, rodeó el proceso de cambio que estamos viviendo.” Y Carvajal que estará dando buena cuenta de un pandebono caliente, recordará: “Y de las reformas sociales que son esenciales y favorecen a los más vulnerables.”
Y al evaluar la participación sugoviana en la movilización, deberemos admitir con entusiasmo que fue una de las más grandes de los últimos años y la forma contundente como la clase trabajadora le dijo a quienes desean frenar los avances sociales, que esperamos termine este gobierno con un saldo a favor, reflejado en acciones para favorecer a las clases populares.
Las calles fueron desbordadas no solamente en Cali sino en las principales ciudades del país para conmemorar el Día Internacional del Trabajo que pasará a la historia y no podremos borrar las imágenes, incluso cuando con el paso de los años se vayan desdibujando de nuestra memoria los recuerdos, como imágenes que se tornan difusas, como una fotografía que pierde su brillo, pero jamás su encanto.
Y aunque san Pedro siempre advierte en la eternidad que es neutral, guiñó el ojo con actitud picarezca y estuvo a favor de los marchantes. No cayó agua. Estaba, sin duda, rodeado por los mártires del 21N, muchos de ellos asesinados en las arremetidas del Esmad contra las barricadas de la primera línea, y les dirá con alegría: “¿No les dije que los colombianos no los iban a olvidar, ni tampoco la lucha que ustedes libraron por un país más justo?”
Y allí, en esa enorme ventana celestial desde la que estarán mirando el enorme desplazamiento en la Sultana del Valle, sonreirán con satisfacción y la sensación del deber cumplido, los compañeros que son inolvidables: Nicolás Guerrero, Jhoan Sebastián Bonilla, Dylan Cruz, Cristian David Castillo, Santiago Ochoa, Elkin Andrés Fernández, Alquimedez Santana y tantos otros que regaron con su sangre los surcos de esperanza que hoy florecen por todas partes.
Para testimoniar lo grande de este 1 de Mayo los dejamos con imágenes que hablan por sí solas, captadas por las lentes de Jessica Ramírez Ochoa, Guillermo Sánchez, Gicella Ochoa y Yecid González.