
Lo cierto es que José Alberto Mujica Cordano fue un hombre que, durante su trayectoria política, estructuró las bases para convertirse en una de las personas más famosas del mundo
Por Luis Eduardo Carvajal Pérez – Dirigente del SUGOV
El pasado 13 de mayo, gran parte del mundo, lloró el fallecimiento del expresidente del Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, a los 89 años de edad, quien era considerado como ícono de América Latina.
Mujica hizo parte de la guerrilla de los Tupamaros, por lo que pasó 14 años en la cárcel donde fue sometido a torturas.
Nació en 1935 en Montevideo y su vida se caracterizó por hacer parte del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros y el tiempo en el que estuvo en cautiverio durante el régimen militar.
LIDERAZGO POPULAR
Al ser restaurada la democracia, Mujica abandono la lucha armada y surgió como el gran líder del movimiento Frente Amplio, con el que fue elegido presidente de Uruguay en el 2009.
Se trató de un mandato histórico, que puso a Uruguay, un pequeño país que no pasa de 5 millones de habitantes en la órbita mundial por sus reformas progresistas y la práctica de una vida austera, sin ninguna clase de lujos, lo que llevó a que fuera calificado de manera cariñosa como “el presidente más pobre del mundo”.
VISITA A CALI
En la ciudad de Cali, se le recuerda con mucho cariño, puesto que el 30 de marzo de 2017, hizo parte de la instalación del Comité Internacional de Dignatarios para monitorear, promover y verificar la implementación de los acuerdos de paz, entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc.
El también presidente Felipe González y Mujica, fueron elegidos por el gobierno y las Farc para encabezar el mecanismo de verificación internacional de los acuerdos de paz.
UNA RESPUESTA INOLVIDABLE
– ¿Quién sos, Pepe Mujica?, le preguntó Nicolás Trotta, en el libro biográfico ‘Mujica por Pepe’. Y él le respondió:
-“Un loco. Pepe es un loco porque piensa cosas raras.”
Lo cierto es que José Alberto Mujica Cordano fue un hombre que, durante su trayectoria política, estructuró las bases para convertirse en una de las personas más famosas del mundo, gracias a su sencillez y permanente lucha social, por lo que, cuando asumió la presidencia se erigió como uno de los líderes más queridos y respetados de América Latina.
INCORPORACIÓN A LA GUERRILLA
El joven Mujica vio desde la niñez, las grandes desigualdades que azotaban a su país, por lo que decidió meterse en la militancia política y su nombre empezó a ser conocido en la década de 1960, cuando se vinculó al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), una guerrilla de carácter urbano que luchaba contra la dictadura y la represión en Uruguay.
Como integrante de esa guerrilla, Mujica participó en varias acciones armadas, por lo que fue arrestado varias veces, pasar más de 14 años en prisión, muchos de ellos en condiciones muy duras, con largos periodos de aislamiento.
Por ello, solía decir que “Después de la pena de muerte, la soledad es uno de los castigos más duros”, al reflexionar sobre esos años de encierro y sufrimiento.
ADIÓS A LAS ARMAS
Al ser restaurada la democracia en Uruguay en 1985, Mujica dejó las armas y decidió tomar el camino de la política.
En esa actividad mostró desde el comienzo un gran carisma y su diálogo directo con el pueblo fue la causa para que fuera ganando espacio en las filas del Frente Amplio, una coalición de izquierda que siempre representó sus ideales.
De esta manera en 1994, fue elegido diputado y en 1999, senador, en el 2005, Ministro de Ganadería y Agricultura y en el 2009 fue electo presidente. El 29 de octubre de ese año, José Mujica consiguió el 54,63% de los votos en un balotaje que lo enfrentó al ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle y gobernó entre los años 2010 y 2015.
LA DEFENSA DEL CANNABIS
Uno de los logros más emblemáticos de su Administración fue la legalización del cannabis.
En diciembre de 2013, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en regular de manera integral la producción, distribución y consumo de cannabis. Esta medida buscaba combatir el narcotráfico y reducir los daños asociados al consumo de drogas.
Mujica defendió esta ley como una cuestión de salud pública y Derechos Humanos, desafiando el enfoque prohibitivo que predominaba.
“No es bonito legalizar la marihuana, pero peor es regalar gente al narco. La única adicción saludable es la del amor”, dijo Mujica sobre la aprobación de esta ley.
ACTIVIDAD PRESIDENCIAL
En su gestión presidencia, José Mujica, implementó políticas progresistas de avanzada que colocaron a Uruguay en el mapa mundial.
Sin embargo, lo que le distinguió y lo convirtió en uno de los personajes más famosos del mundo, fue su estilo de vida, austero, alejado de los lujos. Fue así como siguió viviendo en su modesta chacra en las afueras de Montevideo, al frente del volante de su viejo Volkswagen Beetle -el reconocido escarabajo- y donando la mayor parte de su salario presidencial a causas benéficas.
“No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivir con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”, afirmaba ‘Pepe’ en sus discursos.
SU GRAN AMOR
Durante su vida, estuvo siempre acompañado de su gran amor y compañera, Lucía Topolansky, quien también integró la guerrilla de los Tupamaros en la década de 1970.
“Unimos dos utopías. La utopía del amor y la utopía de la militancia”, comentó Lucía.
Ella, a lo largo de su carrera, se desempeñó en importantes cargos como senadora y vicepresidenta de la República, lo que la convirtió en una de las mujeres más influyentes del país. La relación con Mujica fue más allá de lo personal, formando una pareja política que compartió ideales, luchas y un estilo de vida austero.
Juntos fueron un símbolo de compromiso con las causas sociales y la izquierda del país sudamericano.
SIEMPRE RESPETADO
En sus últimos años, Mujica continuó siendo una voz influyente y respetada, tanto en Uruguay como a nivel internacional. El 20 de octubre de 2020 renunció a su escaño en el Senado y se retiró así definitivamente de la política activa.
“Triunfar en la vida no es ganar, es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae”, expresó en su último discurso en el Senado uruguayo.
En su última entrevista, concedida al a ‘The New York Times’, Mujica expresó:
“La vida es una y se va. Hay que darle sentido a la vida. Hay que luchar por la felicidad humana. No solo por la riqueza”.
El exmandatario fue diagnosticado con cáncer de esófago en abril de 2024, lo que motivó que se sometiera a radioterapia, tratamiento que logró culminar pero que lo dejó muy debilitado, lo que causó su fallecimiento el 13 de mayo del presente año.
NIÑEZ Y JUVENTUD
José “Pepe” Mujica, fue hijo de una familia trabajadora, su padre, Demetrio Mujica Terra, era un pequeño granjero que luchaba para mantener a su familia. Su madre, Lucy Cordano Giorello, era hija de inmigrantes italianos.
José Mujica nació en el barrio Paso de la Arena, en Montevideo. Cuando cursaba el tercer año de escuela, su padre falleció, dejando a la familia en una situación difícil. A partir de ese momento, el cultivo y la venta de flores se convirtieron en la principal fuente de sustento para la familia.
Mujica cursó los estudios primarios y secundarios en la escuela y el liceo públicos de su barrio natal. Posteriormente, ingresó al Instituto Alfredo Vásquez Acevedo para cursar preparatorios de derecho, aunque no llegó a completarlo.
Desde joven, mostró un interés por la política y la Justicia social, influenciado por el ambiente de la época.
El 29 de noviembre de ese año, José Mujica consiguió el 54,63% de los votos en un balotaje que lo enfrentó al ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle, padre de Luis Lacalle Pou.
Durante su mandato presidencial, Mujica implementó una serie de reformas progresistas que posicionaron a Uruguay como un país pionero en Derechos Humanos y libertades civiles en la región. Estas políticas fueron ampliamente elogiadas a nivel internacional y colocaron a Uruguay en el mapa global como un ejemplo de democracia progresista.
Sin embargo, lo que más llamó la atención del mundo fue el estilo de vida austero de Mujica, que optó por continuar viviendo en su modesta chacra, manejando su viejo Volkswagen Beetle, y donando el 90% de su salario presidencial a organizaciones benéficas. Fue así que se ganó el apodo de “el presidente más pobre del mundo.