La izquierda en Colombia, más dividida que el azogue

Salvo en muy contados casos de países pequeños—como Cuba, por ejemplo–, está probado que el alzamiento armado no es el camino para tomarse el poder. Para ello hay muchos factores determinantes, y el más grande es sin duda la falta de apoyo popular. Entonces la vía es el voto popular en el marco de la participación democrática. Pero, ¿cómo hacerlo en un país como Colombia en donde la izquierda está más dividida que el azogue?

DIVISIONES INTERNAS Y EXTERNAS. En la izquierda cada quien pretender ser el dueño de la verdad revelada. Lo digo por experiencia, milito en la izquierda. En esa dirección, me sorprende el enfrentamiento que se vive al interior de las diferentes corrientes de pensamiento.

Me identifico con el ideario del padre Camilo Torres Restrepo y de la Teología de la Liberación. Ésta propuesta que nació en los años sesenta, tiene fuertes opositores en algunas vertientes del Marxismo-Leninismo, y a su vez, ésta inclinación ideológica encuentra detractores en el maoísmo y en el PST, por ejemplo.

UNA IZQUIERDA DIVIDIDA EN EL PLANO POLÍTICO. Así las cosas, ¿es posible la unidad de la izquierda? Veo el proceso muy difícil. Una posibilidad muy lejana. La razón salta a la vista: los izquierdistas caímos en algo que justamente cuestionamos de los partidos tradicionales, y es que cada líder quiere armar tolda aparte. Por supuesto, no hay votos para tanto aspirante. En pocas palabras, estamos fritos.

Los politiqueros de siempre felices, viendo enfrentados a Petro, Robledo y Clara López. Saben que tal como vamos los militantes de un pensamiento diferente, que no comulgamos con el establecimiento, enfilamos progresiva e inexorablemente hacia el abismo. Ha faltado la grandeza de corazón para revisar los errores, deponer los orgullos y pensar en el pueblo, por el que decimos luchar.

PIERDE LA IZQUIERDA, GANA LA DERECHA. En tanto la izquierda colombiana evidencia más divisiones que el azogue—y para quienes no saben que es, se los aclaro: el mercurio–, la derecha sí está dando pasos firmes hacia la unidad.

Uribe, Santos, Vergas Lleras y toda la fauna política del zoológico tradicionalista nacional, ha demostrado una capacidad extraordinaria para recomponerse, incluso cuando pensamos que entraron en crisis. Se reúnen, discuten, llegan a acuerdos, y se reorganizan.

A fuerza de componentes y trapisondas han ido ganando espacios, cooptando incluso a los explotados que son aquellos que generalmente votan por los mismos, que a su turno salen con las mismas.

En las fronteras de la izquierda no ocurre igual. Si hay reuniones, muchas veces terminan en gresca, y hay quien dice vociferando, que Marx es superior a Mao y otro que riposta: el pensamiento Camilista no ha muerto.

¿Seguiremos así? Todo hace pensar que sí, y camino de empeorar. Lamentable, porque otros países como Brasil, Bolivia, Ecuador y Venezuela—con todo y el salvaje de Maduro que es una vergüenza para la izquierda latinoamericana—, han logrado cambiar estructuras de poder por la vía de las urnas.

* NOTA IMPORTANTE: La presente columna interpreta el pensamiento de su autor y no necesariamente encarna los planteamientos que alrededor del rema pudiera tener el movimiento sugoviano.