El enfrentamiento armado en la región del Catatumbo deja decenas de muertos y sinnúmero de niños huérfanos, como ocurrió en Centroamérica. Esta guerra debe terminar.
Por estos días se van a cumplir diez años desde que el mundo viera con asombro la película “Voces inocentes”. Casi dos horas describiendo el conflicto armado en El Salvador, el sufrimiento de la gente y las mil y una ideas ingeniosas para evitar que los niños fueran reclutados por las fuerzas militares.
Era la época del Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) en cuyas filas militaban campesinos, estudiantes de secundaria y universitarios, alimentando la utopía de acabar con gobiernos hegemónicos y algunos de corte dictatorial y militarista, que detentaron el poder por espacio de 47 años.
El protagonista central es Chava, un niño de once años, desde cuya perspectiva la guerra es no solamente horrorosa, sino que acaba con familias enteras, sembrando muerte y miseria a su paso.
Las ejecuciones sumarias de los militares contra quien sospechaban que era subversivo y los desplazamientos forzados que promovían, llevaron a que el pequeño viera en la insurgencia un camino de vida. Lo escuchaba no solo en las letras de la canción protesta, sino en las eventuales transmisiones de la clandestina Radio Venceremos.
Colombia tiene muchos pequeños, así como Chava, víctimas de un conflicto que no entienden, pero del cual sufren las consecuencias como ocurre en El Catatumbo, epicentro de enfrentamientos del ELN, las disidencias de las FARC y otros actores armados.
Con decenas de muertos, la situación de esa zona de Norte de Santander debe llamar la atención y motivar el pronunciamiento de un país entero, de cara a que se termine la guerra.
Las confrontaciones entre los diferentes grupos no dejan más que vidas segadas, heridos y sinnúmero de huérfanos. Los protagonistas criollos de “Voces inocentes”.
Los disparos que van y vienen en el Catatumbo no procuran una transformación social ni el cambio de un gobierno, sino dirimir a balazos diferencias irracionales por diversos factores. No es el cuestionamiento a una ideología en particular, sino a una guerra que ya no tiene sentido…
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