Álvaro Ruiz |
| Con preocupación se aprecia un crecimiento inusitado del desempleo en Colombia. |
En mayo de 2019 la tasa de desempleo en el total nacional fue 10,5 % y en el total 13 ciudades y áreas metropolitanas fue 11,2 %, informó el (Dane). Frente al trimestre móvil marzo – mayo 2019, el Dane informó que la tasa de desempleo fue de 10,6%. En el mismo periodo del 2018 la tasa se ubicó en 9,5%. En Junio y Julio, el porcentaje tendió a ser mayor.
Por Fernando Alexis Jiménez || @misnotasdeldia
Rafael Hernández Marín se sentó un atardecer tranquilo, armado de papel y lápiz, y comenzó a escribir su tema inolvidable “Lamento borincano”:
“Sale loco de contento con su cargamento para la ciudad, sí, para la ciudad. Lleva, en su pensamiento todo un mundo lleno de felicidad, sí, de felicidad…”
Desde Siloé, en la ladera de Cali, la ciudad se ve hermosa, desafiante. Por eso, las mañanas se convirtieron para él en una nueva oportunidad. Desayuno, si lo hay. Y a las siete, a coger calle. Azotar el asfalto. Sentir el calor del sol que, progresivamente, aumenta. Al mediodía la resolana es insoportable. En las oficinas, el letrero invariable: “No hay vacantes”. La frase agria de las secretarias o la recepcionista, cansada de recibir tantos papeles: “Apenas sepamos de algo, lo llamamos.” La llamada nunca se produce. Él se cansó de esperar. Cayendo la tarde, el regreso a casa. No dice nada. Menea la cabeza. Su esposa lo entiende. Tampoco hoy consiguió trabajo…
En Colombia, la población ocupada fue 22.164.000 de personas frente al mismo periodo del 2018, cuando la cifra se ubicó en 22.451.000 de personas.
“Piensa remediar la situación del hogar que es toda su ilusión. Y alegre, el jibarito va cantando así, diciendo así, riendo así, por el camino: “Si yo vendo la carga mi Dios querido, un traje a mi viejita voy a comprar”.
Muy cerca del jarillón del río Cauca, en los extramuros de la ciudad, el joven se prepara para salir. Ya olvidó cuándo fue que compró la mercancía. Se envejeció. Ha vendido muy poco. Pero, terminada la jornada, reinicia su rutina: empacar las chucherías que ofrece, acomodarlas en una caja de cartón que amarra cuidadosamente, llevarlas a casa y, al día siguiente, reemprender el ciclo. Las deudas no dan respiro…
“Y alegre, también su mula va, al presentir que aquel cantar es todo un himno de alegría. En eso los sorprende la luz del día, y llegan al mercado de la ciudad. Pasa la mañana entera sin que nadie quiera su carga comprar, ay, su carga comprar. Ay!, su carga comprar… Todo, todo está desierto, el pueblo está muerto de necesidad Ay! De necesidad. Se oye este lamento por doquier en mi desdichada Borinquén, sí!”
La plaza de mercado de Santa Elena es una de las más concurridas de Cali. Es una galería que no duerme. En ella se trabaja las veinticuatro horas del día. Y la joven recorre todas sus calles. Ofrece café y pan. Lo transporta en una canasta donde porta termos grandes. “Pesa bastante”, suele quejarse. Es la forma de ganarse el sustento. Cali es muy grande, pero la economía parece estancada. Hacia el mediodía regresa al sitio donde vive: las dos piezas que hacen las veces de habitación, sala comedor, cocina y lavadero. “Toca tomarse el café que se no se vendió; ya me cansé, ya no tomo café.” Y a verterlo por un desagüe. A la mañana siguiente, de nuevo, el aromático olor a café recién colado y, luego, a la calle.
Cali es una de las ciudades donde mayor índice de desempleo se registra. Bogotá, Medellín, Quibdó, son otras de las capitales donde no hay nada qué hacer…
“Y triste, el jibarito va pensando así, diciendo así, llorando así por el camino. Qué será de Borinquén mi Dios querido; qué será de mis hijos y de mi hogar…”
Regresar a casa, después de un día de trasegar sin conseguir empleo, es una verdadera derrota. “Como si el mundo entero se viniera encima”, dice. No se compra, no se vende, a duras penas sobrevive. Su esposa lo escucha. No dice nada. Le tiende un vaso con refresco. Él la mira y le sonríe, con un gesto que a la vez es de interrogación: “Mi madre trajo víveres. Alcanzarán hasta mañana.” Decide recostarse, olvidarse de todo, desconectarse hasta que la luz se cuele por las hendijas de las ventanas y le avisen que llegó un nuevo día. Deberá, entonces, salir a buscar empleo, y lo más probable es que no lo encuentre.
Blog personal del autor: www.CronicasparalaPaz.wordpress.com
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