Creemos oportuno que el Club de Empleados del Departamento informe a los afiliados, la actual situación financiera. Quienes están asociados, tienen derecho a saberlo.
Cuenta la leyenda que le prestaron una biografía de Walt Disney y la leyó vorazmente hasta la madrugada. Cada línea avivó en su mente la llama del emprendimiento. ¡Por supuesto que podía convertir el Club del Departamento en una máquina de hacer plata con los servicios, como tío Rico Mc Pato en los comics! Cuando rayaba el alba, tenía claro el sueño: establecer la Granja de Alejo, nombre que había tenido un negocio similar años antes en Unicentro, y que quebró.
Lo compartió con todos en el desayuno, con una mirada brillante y febril, la misma de Aureliano Buendía cuando le dijo a Úrsula Iguarán, que la tierra era redonda y que, con el catalejo que le vendió Melquíades, el saltimbanqui que de vez en cuando visitaba Macondo, iba a construir una máquina para la guerra, utilizando el reflejo de los rayos del sol.
—Por favor, no lo hagas–, le recomendaron.
—No me vayas a hacer naufragar en las aguas farragosas de la duda y la incertidumbre–, le respondió él, decidido como estaba a establecer esta nueva unidad de negocio, aun cuando debiera conseguir los animales maltrechos que le compró a un finquero de La Vorágine.
La historia no terminó como en los cuentos de hadas: “Y vivieron felices y comieron perdices”. Nada de eso.
El caballito Gardel murió desnutrido. Algunos preguntan por qué le decían Gardel. Hay muchas versiones. La más creíble, es que cada vez que el jumento veía al gerente, solía pensar, como en el tango: “Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser…Si crucé por los caminos como un paria que el destino se empeñó en deshacer, si fui flojo, si fui ciego… Ahora cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas ya no las puedo arrancar. Sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá...”
El avestruz, murió hace poco, y de la chivita Pachita, se dice que su pronóstico es reservado.
EL CLUB, CADA VEZ MÁS DE CAPA CAÍDA
Pese al clamor de los afiliados, buena parte de ellos afiliados al SUGOV, ha sido imposible que la gobernadora, Clara luz Roldán, escuche razones y cambie al gerente. De hecho, nos envió una carta anunciando que en febrero—no dice de qué año—, se elegirá nueva Junta Directiva y se resolverá el tema del gerente. La enmarcamos, en la certeza de que está llamada a honrar su palabra.
La gente sigue llegando, pero la fluidez económica parece que no. Comprendemos que hay acreencias con los bancos, pero si hay ingresos, las condiciones del Club deben mejorar. Sin embargo, no es así. Nos preocupa. ¿Acaso impactan negativamente el funcionamiento los costos que representa el pago de los Asesores? Hay que echar lápiz.
Entre tanto, siguen los problemas estructurales:
- La entrada principal se encuentra en mal estado.
- Las aguas servidas, van a parar al río Pance, donde millares de caleños se dan cita diariamente para compartir un paseo de olla.
- La tubería que provee agua, se encuentra en mal estado. Hace mucho tiempo que no se reemplaza.
- Los alrededores de la piscina, en mal estado.
- En años anteriores, anualmente se compraba silletería, elementos de cocina y mantelería—entre otras–. Hoy hay que alquilar.
El gran equívoco del gerente y del personal administrativo, es que cuando hacemos denuncias, les llaman la atención a nuestros compañeros trabajadores. Injusto. Buscan chivos expiatorios. Eso es acoso laboral. Son los propios usuarios quienes nos envían información.
¡INCREÍBLE! EL CLUB MONTÓ SU PROPIA AUTO COMPETENCIA
Queremos creer de buena fe, en que los sueños de Aureliano Buendía son los que alimentan la imaginación del gerente. Pero no podemos explicarnos cómo permitió un negocio de comidas y bebidas, en las propias instalaciones del Club, en terrenos que son de propiedad del Departamento. Eso es tanto como montarse una-competencia.
Alquilan el espacio. ¿Cuánto cobran? ¿Quién lo autorizo? Si es así, ¿A quién consultaron? Antes se llamaba “Caramañola”, ahora no tiene nombre. Pero, lo más grave: para instalar las estructuras de contenedores metálicos, debieron talar árboles frutales en un evento en el que estaba un ambientalista contratado por el Club. ¡Increíble! Tenemos vídeos de la tala, y fotografías de todo cuanto estamos denunciando, por si acaso al gerente se le ocurre volver a enviarnos a la Fiscalía.
Por último, creemos oportuno que el Club de Empleados del Departamento informe a los afiliados, la actual situación financiera. Quienes están asociados, tienen derecho a saberlo.
Para terminar, las preguntas fregonas:
… ¿Sabía que, por fin, después de muchos meses de sudar petróleo, por fin nos renovaron el comodato de la sede del SUGOV?
… ¿Sabía que el argumento para dilatar la suscripción del documento, era que necesitábamos el visto bueno de una entidad estatal, por tratarse de un bien de interés cultural y patrimonio histórico?
… ¿Sabía usted que nos preguntamos si ese mismo documento lo pidió la administración departamental para realizar las modificaciones del área del parqueadero y otrora empleados?
… ¿Sabía que nuestra inquietud se debe a que el Palacio de San Francisco es justamente parte del patrimonio histórico?
… ¿Sabía que la situación es tan compleja, que ni siquiera colocaron la tradicional valla con la autorización de la curaduría urbana y aquella en la que se informa a la ciudadanía, cuánto se invierte en la obra?
… ¿Sabía que, al votar por el aspirante a la Comisión de Empleados, los sugovianos esperamos que apoye a Araly Lucero Zuluaga Yori?
… ¿Sabía que es la primera en el tarjetón y con solo marcar puede ayudarnos a escribir la historia de cambio?