Puede que el propósito de la dirigencia vallecaucana sea acabar con la ERT, pero los trabajadores se encuentran el pie de lucha, dispuestos a resistir hasta el último momento.
La primera manifestación de la que fue testigo el presidente Petro a pocos días de asumir el cargo, fue la que protagonizaron el SUGOV y Sintra ERT en el acceso al Centro de Convenciones del Pacífico. Pero no fue contra él y los miembros de su gabinete que le acompañaban, sino para denunciar la crítica situación de la Empresa de Recursos Tecnológicos S.A. – ESP, a las puertas de una eventual liquidación. Por supuesto, no es el único golpe de opinión, porque vienen otros, ya que este problema no se puede quedar en el ámbito parroquial.
Recibimos al mandatario con pancartas grandes y medianas. El propósito no era darle la mano o tomarnos una selfie con él. Por el contrario, era que conociera de primera mano la progresiva quiebra de un patrimonio vallecaucano que naufragó, que se puede salvar, pero al cual la gobernadora, Clara Luz Roldán, y la clase dirigente—incluyendo a los diputados—ya no quiere mantener en el mercado regional de las tecnologías.
—Les van a dar garrote, ahora que interrumpan al presidente en su ingreso al Centro de Convenciones—nos advirtió alguien, con el mismo temor de la época del régimen de Duque. Pero, ¡Oh, sorpresa!…
Los siete vehículos de la caravana, cuando se encontraron de frente con los manifestantes, disminuyeron la velocidad y, como si fuera en cámara lenta, se desplazaron muy despacio mientras sus ocupantes leían el contenido de los pendones y pasacalles. Logrado su cometido, reemprendieron la marcha. ¡Logramos nuestro propósito! Que se enterara de que aquí, en el Valle Insensible, están acabando una empresa de la que dependen cien familias.
¿Es posible salvar a la ERT? Por supuesto que sí. Para mencionar solamente dos alternativas, podemos citar la conformación de un frente común del que tomen parte la Gobernación, la Diputación y el Bloque Parlamentario para pedir del gobierno nacional una capitalización para la empresa. Y la segunda opción, en el caso extremo, es pedir la intervención de la Superintendencia. Por supuesto, nombrarán un gerente interventor, pero no acabarán con la entidad.
Puede que el propósito de la dirigencia vallecaucana sea acabar con la ERT, pero los trabajadores se encuentran en pie de lucha, dispuestos a resistir hasta el último momento, y en esa batalla por la defensa de lo público, les acompañara el SUGOV.
¿Quedarnos quietos? Como decía el desaparecido demócrata, Horacio Serpa… ¡Mamola! Por el derecho al trabajo, hasta la vida misma…
Si desea leer más de lo que ocurre en la ERT, dé Clic en los siguientes títulos:
1.- No podemos permanecer indiferentes ante la liquidación de la ERT
2.- La propia Gobernadora confirma que se acaba la ERT
3.- ¡Ni un paso atrás! La ERT no se vende