Sugov
Por Fernando Alexis Jiménez
Partió un grande, el comandante Raúl Castro Ruz. Emblemático, insigne, una leyenda. Obsesivo, irreverente y soñador.
Un ícono de la revolución cubana, pero también un referente para los estudiantes de izquierda que veíamos en él, y en el Ché Guevara, las imágenes de hombres que lo dieron todo por la construcción de una sociedad donde primara la igualdad, distinta a la nuestra donde prevalece la injusticia y en la que pensar distinto es tanto como ponerse una lápida en la espalda.
Cabe hoy recordar eventos históricos en la vida del comandante Fidel, como lo fuera el asalto al cuartel Moncada (26 de Julio de 1953), la quijotesca travesía desde las costas de México hacia Cuba en el buque Gramma, acompañado por 81 soñadores suicidas al igual que él (25 de noviembre de 1956) y la entrada a La Habana, el 8 de enero de 1959, después de tres años de intensos combates por derrocar el gobierno tiránico de Fulgencio Batista.
Fidel fue un ejemplo de resistencia, como cuando creó los Comités de Defensa de la Revolución en noviembre de 1960 o cuando, del 17 al 19 de abril de 1961, enfrentó la intentona norteamericana de invadir Bahía Cochinos.
Algo que tampoco podrá negar la historia, es que las condiciones económicas que han llevado al pueblo cubano a una situación en extremo difícil, no fue producto del modelo económico promovido por Fidel, sino por el bloqueo norteamericano que persiste.
Como dirigente del Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle—SUGOV–, y creo que muchos de mis compañeros se identifican conmigo, rindo un tributo de admiración, respeto y deseos de que tenga paz en su tumba y jamás sea olvidado. ¡Hasta siempre, comandante!
NOTA IMPORTANTE: El presente artículo refleja el pensamiento del autor y no necesariamente define la posición que alrededor del tema tendría el Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle—SUGOV–.
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