Alrededor del tema de la paz se han impulsado muchas iniciativas. Una boutique muy singular, es uno de los ejemplos. Le invitamos a leer esta nota reveladora. Crónica.
Santiago Cruz Hoyos | Publicado originalmente en el diario El País, de Colombia
Ella cuenta que hizo pedagogía por la paz y que lloró cuando ganó el No en el plebiscito. “Hago parte de la generación que tiene la esperanza de vivir un día en paz en Colombia. El conflicto ha sido muy largo y para nosotros no ha habido esa oportunidad. Y tengo dos pasiones: la política y la moda. Son dos temas que aparentemente no tienen puntos de encuentro, pero busqué las formas de enlazarlos.
Descubrí cómo hacerlo después de hacer una visita a las zonas veredales donde los guerrilleros empezaban su transición a la vida civil. Me enamoré del proceso de reincorporación”, cuenta.Mientras estudiaba en la universidad, a Ángela le llamó la atención, mientras leían en clase los voluminosos capítulos del Acuerdo entre el gobierno Santos y las Farc, que el capítulo de reincorporación apenas tenía ocho páginas.
Ángela se preguntaba si acaso reincorporar a 13 mil excombatientes era tan fácil como para despacharlo en una estrategia tan corta, o si no era tan importante como para darle despliegue, pero algo no le cuadraba. Fue cuando hizo la visita a las zonas veredales.
La iniciativa fue tan bien recibida por la sociedad colombiana, que ahora es un emprendimiento que vende diez mil prendas al año y genera empleo para 12 firmantes del Acuerdo y dos víctimas del conflicto. Desde hace dos años la empresa también trabaja con familiares de soldados que murieron en combates con las Farc. Fue idea de los excombatientes: demostrarle al país que sí es posible reconciliarse, que los actores del conflicto, que algunos insisten en mostrar como antagonistas y opuestos, en realidad no es tan así, trabajan juntos para que la guerra no se repita en Colombia.
Ángela se sonríe. Han pasado cosas tan maravillosas con la marca, dice, como personas que llegan a la tienda en diciembre para comprar camisetas para quienes votaron el No en el plebiscito o se siguen oponiendo al Acuerdo; la ropa como puente para conversar sobre lo que están haciendo quienes dejaron las armas.