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Pese a los tropiezos, incluso la descalificación que pretendió hacerle la Gobernadora a la marcha, la movilización alcanzó su cifra más alta participación respecto a las realizadas en Cali, el Valle y Colombia desde el 28 de abril.
Por Fernando Alexis Jiménez – Fotografías: Oliverio Montealegre
La movilización del 28 de mayo coincide con la proclamación, hace 30 años, de la Constitución Nacional que marcó una nueva ruta para el país. El desplazamiento de miles de personas por las calles, no solo de Cali sino de todas las ciudades y municipios del país, trazó una nueva brújula hacia el cambio: o se escucha a las clases populares o la gente sale a protestar. Se quitó la mordaza y se rompieron las cadenas en una Colombia que, a través del Paro Nacional, comenzó a creer en un futuro distinto, con dignidad, en el que la igualdad deje de ser utopía.
En el caso específico de la capital de la resistencia en la que se convirtió la Sultana del Valle, las expresiones populares rebasaron toda expectativa. Los manifestantes emprendieron la marcha desde Siloé—escenario de crímenes contra líderes sociales–, tomando un ícono de los ricos como es la Plaza de Toros, avanzando por la emblemática calle quinta hasta la Universidad del Valle. Un parte de victoria de una ciudadanía en rebeldía pacífica.
Mal contadas eran veinticinco cuadras, algo sencillamente increíble y emocionante. Todo en un ámbito de tranquilidad. Música, expresiones teatrales y vivas, al tiempo que vehículos como el Móvil de la Resistencia Sugoviana, iba encabezando con un potente sonido.
ASESINATOS A NUESTROS JÓVENES
Con un cartel “Quieren callarnos, pero seguimos gritando”, jóvenes participantes rechazaron los asesinatos agotados en la vida de los jóvenes manifestantes en Cali. “Vamos a seguir en las calles hasta tanto el gobierno nacional entienda que no puede ser con represión como se acalla la inconformidad”, señaló Luz Stella Guzmán, universitaria y quien dijo, representa a quienes no tienen oportunidad de estudiar. Este es un país intolerante frente a las realidades, explicó.
Como se recordará, desde que arrancó el Paro Nacional, han sido asesinados muchos jóvenes. Marcelo Ágredo, Nicolás Guerrero, Lucas Villa y Santiago Murillo, entre otros.
Acribillarlos fue el mensaje de advertencia que enviaron las fuerzas oscuras del país, frente a las protestas. “Sin embargo, no van a silenciar nuestra voz”, dijo el artista Julián Rodríguez quien calificó este desplazamiento de las diferentes expresiones populares, como marcha apoteósica ya que rebasó las expectativas de los organizadores.
“Las élites de hoy en Colombia, igual que Sebastián de Belalcázar, siguen moviéndose alrededor de una mentalidad esclavista. Esto se acabó. Jalonados por los jóvenes, el país está tomando un nuevo rumbo.”, enfatizó.
DESBLOQUEAR NO PUEDE SER UNA CONDICIÓN
El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores –CUT—, Francisco Maltés Tello, tras enviar un saludo solidario y de lucha a la movilización en Cali, rechazó el pronunciamiento del presidente Iván Duque quien dijo que no se pueden iniciar diálogos en tanto persistan los bloqueos.
“Lo que plantea el presidente Duque es contradictorio porque ya en Buenaventura, el propio gobierno nacional, refrendó un acuerdo para emprender corredores humanitarios”, precisó el dirigente de la central obrera, al tiempo que indicó, la política dilatoria de la Nación llevó a una nueva reunión el próximo domingo. Ha sido el propio establecimiento el que pone barreras para dar vía libre al preacuerdo y, además, emprender una negociación real, sin líneas rojas.
NOS ROBARON EL MIEDO
En la tarima establecida en el punto de conclusión de la movilización, frente a la Universidad del Valle, un joven advirtió al intervenir: “Nos robaron tanto, que hasta el miedo se lo llevaron”. Su pronunciamiento fue acompañado por un atronador grupo de participantes que avivaron. “A muchos les daba miedo salir o pensaban que eso era para los demás. Hoy los vemos con nosotros, dando la pelea y haciendo temblar al gobierno intransigente de duque”, señaló este vocero de los diferentes puntos de resistencia.
Precisamente la Gobernadora, Clara Luz Roldán, quien permitió el acantonamiento del Esmad en el Palacio de San Francisco y la Asamblea Departamental sin importarle que había funcionarios y usuarios. Los puso en peligro. Además, ella que cerró fronteras regionales para evitar el ingreso de los indígenas, condenó el que se realizara la manifestación del 28 de mayo. Puede escuchar las intimidatorias declaraciones haciendo Clic Aquí
VIOLENCIA EN MEDIO DE LAS MANIFESTACIONES Y PUNTOS DE RESISTENCIA
Aun cuando el desprestigiado alcalde, Jorge Iván Ospina, dispuso que el Esmad no provocara a los participantes en las manifestaciones realizadas en cuatro puntos de Cali, sino el acompañamiento de los llamados cascos azules, la actitud de los camisas blancas que residen en Ciudad Balín sigue siendo igualmente intimidatoria, así como los mensajes que envían en redes sociales.
De manera irresponsable califican a los marchantes con el epíteto peyorativo de terroristas y confunden a propósito, la actitud pacífica, con el vandalismo. Miden a todos con el mismo rasero. A enemigos de la paz como éstos, se atribuye el que, de manera aleve, se haya asesinado a una persona cerca del sector de la Luna. ¿Su delito? Pensar diferente., porque desafortunadamente bajo la dictadura del presidente Duque, los que piensan son los peores enemigos.
Ospina, el mandatario local, se pronunció en su cuenta de Twitter: “Ante el asesinato vil de un joven en la autopista, sector la Luna, nuestra más enérgica condena , la Fiscalía General debe actuar de inmediato y debemos tener justicia ejemplar. No se puede caer en la idea de un escalamiento mayor. Justicia y diálogo no son conceptos separados.”
Cabe anotar que, en las protestas realizadas en Cali, se estima que participaron alrededor de 15 mil personas. Una cifra que advierte al gobierno nacional que no se puede seguir atropellando al pueblo.
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