Sugov
Lo que ocurre a nivel nacional es el reflejo de lo que se vive en el Valle del Cauca, con un tinglado en el que la Administración trae ensayados los libretos para presentarnos el mismo sainete anual, con frases como: “No hay plata para hacer un aumento como ustedes lo merecen.” Conociendo cómo será este año el circo, ¿para qué sentarnos a negociar el Petitorio en el 2015?
Por Fernando Alexis Jiménez
¿Qué es un Circo? Un escenario de entretenimiento. Hay artistas, payasos y un presentador–que generalmente es uno de los dueños de la carpa–. ¿Qué ocurre con un circo cuando llega a un pueblo? Salen los pregoneros seguidos por los saltimbanquis y anuncian las funciones de la noche. Generan interés anunciando que traen magos con trucos nunca vistos y toda una suerte de artilugios que despiertan el interés de todos.
Y justo en la noche cuando vamos a la primera función, nos encontramos con los mismos payasos de hace seis meses que cuentan los mismos chistes que hacen llorar de tristeza al elefante y al león en sus jaulas, y los trapecistas que dan los mismos saltos y la señora que –sonriente–le ofrece una manzana almibarada a precio módico, la que después de probar usted siente que mejor se hubiera comido esos $5.000 pesitos en cucas con leche…
Usted sale con la sensación de que no hay nada nuevo, y comenta: “El mismo circo de siempre“.
¿Le ha ocurrido? Pues a mí sí, porque gran parte de mi juventud y los primeros años de matrimonio los pasé en un pueblo: Vijes. E invariablemente, en julio o en septiembre, mirábamos el calendario y podíamos vaticinar: “Pronto llegará el circo“.
Esa frase fue la que pronuncié cuando escuché en Noviembre pasado que se iniciaba la negociación del Salario Mínimo para los colombianos. “El mismo circo de siempre“, dije.
El promotor del circo–Santos–anunció que los empresarios–los payasos del cuento–y los trapecistas–las centrales obreras–traían este año nuevos trucos–las fórmulas de concertación–para que a mediados de diciembre se conociera el nuevo aumento–la misma manzana almibarada de siempre–.
Y en el período decembrino, con las natillas, los buñuelos, el hojaldre y los villancicos, salió el dueño del Circo acompañado de los payasos, para anunciar que el aumento sería del 4,6%. ¡Lo hicieron por decreto! Y para hacerlo, utilizaron en escena a los trapecistas y al mago… Todo en una función milimétricamente programada…
Don Manolo, el vigilante del Conjunto Residencial, me dijo con una sonrisa de oreja a oreja: “Este año el aumento será mayor que el del 2013 y el del 2014“. Pero cuando saqué la calculadora, le hice cuentas y le mostré que el pretendido ajuste sólo sería de 28 mil pesos, se puso triste como los leones y el elefante del circo.
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| Cada año el mismo Circo: La negociación de un miserable incremento salarial, que generalmente sale por Decreto |
¿Para qué sentarnos a negociar?
Hasta tanto haya una movilización berraca por parte de los trabajadores y mientras persista esa apatía ante la realidad que nos acosa, ¿para qué sentarse a negociar? El mago del circo–el Ministro del Trabajo–salió a defender la conciliación… para terminar en lo mismo. Lo mejor sería ahorrarse tanta tramoya ante los medios de comunicación–los bufones del circo, con el respeto que se merecen mis colegas periodistas que le hacen el juego al sistema–.
En la Gobernación del Valle del Cauca pasa lo mismo: Ya nos sabemos los argumentos que esgrimirán para salirnos con un aumento miserable, y con las migajas de una bonificación que no pagan.
Como lo aprobara en la más reciente Asamblea del SUGOV nuestra base, ¿para qué sentarnos a negociar? ¿Para que el Gobernador Ubeimar se muestre ante la televisión y la prensa como un hombre de concertación, cuando ya tiene bajo la manga del saco un aumento igual o menor al 3%?
No vale la pena hacerle el juego al presentador del Circo, a los payasos y a los magos. Lo mejor es evitarnos desgastes innecesarios, hasta el día que los empleados decidamos emprender movilizaciones rodeadas de compromiso y beligerancia… Si no hay protesta obrera para reclamar los derechos que nos asisten, ¿para qué sentarnos a negociar?¿Para qué comprar las funciones y entrar a las funciones del Circo que nos dejarán más que desilusionados?
NOTA IMPORTANTE:
Esta nota sólo compromete el pensamiento del autor y no encarna necesariamente la posición del movimiento sugoviano.
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