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La clase política colombiana e incluso empresarios, aquellos que defienden la transparencia, se dejaron tentar por la corrupción de la multinacional del soborno. |
Colombia no está al margen de los tentáculos de corrupción que ha promovido la multinacional, Odebrecht, que salpica a la clase política del país.”
AFP, El País| Entrados los años 80, la multinacional brasileña Odebrecht, era reconocida como la mejor empresa de construcción de América Latina, lo que coincidió con el inicio de su proceso de internacionalización. Los poderosos tentáculos del grupo empresarial se extendieron a 25 países, pero escondían una siniestra estrategia para afianzar el éxito de sus millonarios negocios.
Con ese objetivo, creó una oficina que bautizó como “Sector de Relaciones Estratégicas’” la cual se encargó del pago de sobornos (a funcionarios, políticos y gobernantes), para lograr jugosos contratos de obras públicas e infraestructura.
Esa “caja especial” tuvo una primera secretaria identificada como Concepción Andrade, a quien Odebrecht contrató en 1987. La firma la despidió en 1992 y ella desapareció con decenas de documentos que 20 años después entregó a la justicia brasileña, destapando así el mayor escándalo de corrupción de América Latina.
El prestigio de la organización —creada en 1944— se vino a pique en los últimos cinco años. Pero el mayor golpe se lo asestó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos el 21 de diciembre del 2016, cuando reveló que Odebrecht pagó coimas por US$788 millones en 12 países latinoamericanos entre 2003 y 2015, incluyendo los ya conocidos US$11 millones en Colombia.
El desmoronamiento de un gigante
El desprestigio llegó a tal punto, que el presidente de la firma, Marcelo Odebrecht —nieto del fundador de ese imperio empresarial, Norberto Odebrecht— cayó en junio del 2015 en la operación llamada ‘Lava Jato’ por haber obtenido de forma fraudulenta contratos en Petrobras. Fue condenado a 19 años, pero su pena se rebajó a diez por colaborar con la justicia.
¿Pero hasta dónde llegaban esos tentáculos? El programa de internacionalización de Odebrecht se extendió durante dos décadas desde América Latina y Europa hasta África.
La intrincada red de negocios -que llegó a tener hasta 600 contratos simultáneos- arrancó en Brasil, luego saltó a Alemania, Angola, Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Ghana, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, Portugal, República Dominicana y Venezuela.
Además, la firma ejecutó contratos en Sudáfrica, Países Bajos, España, Luxemburgo, Austria y Singapur.
Soborno multinacional
Esa maraña de negocios fue respaldada por sobornos detectados especialmente en América Latina y Mozambique.
Es tal el poder de Odebrecht que sus compañías operan en 15 sectores que abarcan un amplio espectro en la producción y los servicios: ingeniería, energía (hidroelectricidad, gas, petróleo, centrales nucleares, biocombustibles), distribución de agua, agroindustria, bienes raíces, transporte, defensa, finanzas, seguros, servicios ambientales, petroquímica y hasta espectáculos. No hay negocio donde no estuviera presente Odebrecht.
De allí, que el monto de los sobornos pueda ser mayor, dada la ola de investigaciones, una de las cuales tiene en la mira a tres expresidentes peruanos: Alan García, Ollanta Humala y Alejandro Toledo por haber recibido presuntamente coimas entre 2005 y 2014. Toledo habría obtenido US$20 millones por favorecer a Odebrecht para construir la carretera interoceánica entre Perú y Brasil.
Mario Martinelli, hermano del expresidente panameño, Ricardo Martinelli también está en líos. Y hasta podría enredar al presidente de ese país, Juan Carlos Varela por haber recibido supuestas ‘donaciones’.
¿Porqué esa cadena de corrupción creció tanto?
El catedrático Julio César Alonso, director del Centro de Economía y Finanzas de la Universidad Icesi, explica que todo “este episodio demuestra que existe una debilidad rampante en las instituciones latinoamericanas, y poca fortaleza de los organismos de control, lo que en últimas termina afectando el crecimiento económico”.
De esa debilidad se aprovechó el grupo Odebrecht para obtener contratos a cambio del pago de dádivas que terminaron en los bolsillos de funcionarios y políticos.
La justicia estadounidense estima que ese laberinto de sobornos pudo representar beneficios a Odebrecht por US$3000 millones en los últimos 15 años. El rastreo de esos dineros es clave para conocer a otros responsables atrapados por los tentáculos de esta multinacional de la corrupción.
Y todavía hay más
Los US$788 millones que Obebrecht pagó en sobonos en Latinoamérica podrían quedarse cortos, ya que aún faltan por destaparse muchos otros procesos penales por contratos irregulares de obras públicas, carreteras, puentes, etc
Frente a ello, el catedrático de la Universidad del Rosario, Enrique Serrano, dice que “esto es parte del proceso brasileño que incluso es más grande que lo descubierto en América Latina”.
”Ese laberinto de corrupción podría seguir salpicando a más personas e instituciones, pues este escándalo podría llevar al expresidente Lula da Silva a la cárcel, además de que faltan detalles adicionales que provocaron la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por el desfalco a Petrobras”, dice el analista.
Lo revelado hasta el momento es apenas una de las ramas de todo el entramado de Odebrecht, ya que aún se investigan los contratos millonarios de infraestructura de esa empresa brasileña con compañías estadounidenses.
About Author
Cali, Abril/58. Economista con estudios pos universitarios Universidad de la Habana-Cuba. Especialización Administración Pública UNIVALLE. Directivo Sugoviano y Líder Comunitario –JAC, Coordinador de Cuadra.
Escribe desde 1984, siendo su primer fragmento “Tristeza y Alegría”. Desde entonces no ha cesado de trazar unas cuantas líneas denominadas MI VOZ. Su escuela literaria su Tío el Escritor caleño Arturo Alape. Prepara compilación de sus trazos diversos pero unitarios: Imaginar Futuro como lo decía Galeano.
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