
La movilización del 1 de mayo sobrepasó con creces la del 18 de marzo último—considerada histórica– y que, en ciudades y municipios desbordó las calles, son la antesala de la acogida de la Consulta Popular, proyecto que fue presentado al Congreso y que ya se está ambientando en toda Colombia para votar todo por el Sí.
Por supuesto, los medios afectos a la derecha y a defender los intereses económicos, no mostraron todo lo que ocurrió en Cali. Y, para ser sinceros, no nos preocupa. Aquí lo que cuenta es la respuesta de la ciudadanía el día de votar a favor de las 12 preguntas que sirven de pilares a las reformas sociales que se empecinaron en hundir en el Congreso.
Lo que no midieron fue el alcance y costo político de su decisión insensata ya que, entre la militancia de los partidos tradicionales, hay padres y madres de familia que piensan y quieren mejores condiciones laborales para sus hijos. Sin mencionar pensión, salud, contrato laboral indefinido y no los “contraticos” de cuatro meses que son pan para hoy y hambre para mañana.
El comercio abrió normalmente y no se acabó el mundo, como anticiparon los medios tradicionales que vaticinaban un hecho catastrófico y apocalíptico el 1 de Mayo. Jamás le prestaron atención, pero esta vez crearon un clima de terror pretendiendo desmovilizar a los colombianos. Tacaron burro, porque entre más buscaban deslegitimar los desplazamientos por las calles, más publicidad les hacían y más querían participar todos.
No pasó nada, salvo que todo fue alegría, una fiesta. No solamente en Cali, capital nacional de la Resistencia, sino en todo el país. De hecho, tras presentar el proyecto de la Consulta Popular ante el Congreso, el presidente Petro debió reconocer que los vallecaucanos se sumaron marcando un hito sin precedentes.
Vamos Cali, vamos Valle del Cauca, vamos Colombia… todos por el Sí…