Por Fernando Alexis Jiménez
A propósito, esa fue la razón por la que los médicos de la Cruz Roja pidieron tantas garantías para ingresar a realizar el monitoreo del estado de salud de quienes iniciamos–el segundo día–la huelga de hambre. Temían que si ellos estaban haciendo la evaluación médica y la fuerza pública decidía entrarse, pues llevaran del bulto. Finalmente los ocupantes acordamos que no ingresara la comisión de la Cruz Roja Valle. Lo hicieron en cambio médicos y enfermeras de la ESE de Ladera, del HUV y de la Secretaría de Salud Departamental. Cada tres horas se evaluaba la salud de cada compañero; además, porque debido al estrés se le disparó la presión arterial a uno de ellos y todo parecía apuntar a que sería necesario sacarlo de la Vicaría y trasladarlo a un hospital.
¿Cómo los convocaron para realizar la ocupación?
Y me dejaron grogui porque no sabía para dónde era la vaina. Pero como reconocí la voz del compañero le dije que sí, que contara conmigo.
Le pregunté que llevábamos. “Nada–me contestó–. Una agenda, crema dental y un cepillo de dientes. Si el asunto se complica, mandamos a traer la ropa. Usted no se preocupe por eso.” Pero me entró una ansiedad la berraca. El domingo, al día siguiente, era fiesta de la Madre y la pasé aburrido, pensando qué podría pasar. Incluso, domingo a amanecer lunes ni dormí. Estaba asustado.”
Se buscaba que el Gobernador no sacrificara la inversión social de los vallecaucanos por pagarle a los acreedores bancarios y, también, mejores condiciones para los empleados en la Gobernación |
Y más tenaz: Cuando entramos a la la Vicaría Arquidiocesana de Paz y Reconciliación, de a dos en dos, nos encontramos con que ese día estaban todos los empleados: Dieciséis en total. Allí también funciona la Pastoral Social. Cuando se hizo la primera visita, de exploración, sólo habían cinco, y el día de la toma… ¡Todos! Olvidamos que tenían comités técnicos para iniciar semana.
Uno de los compañeros, apenas ingresamos, pidió cerrar las puertas y ventanas, y les explicó a todos que éramos empleados de la Gobernación y de la Alcaldía y que desde ese momento iniciábamos una ocupación pacífica indefinida. Una sicóloga de la Vicaría se emberracó y nos dijo “terroristas” y, pues ni modo, hermano, hubo que ponerla en su sitio y recordarle que al igual que ella, nosotros éramos asalariados e insistirle: “Esta vaina es pacífica”. Los demás empleados le dijeron a ella que se calmara, que le bajara el tono, que no complicara las cosas.
El compa nuestro retomó la palabra y les advirtió también que era probable que en pocos minutos apareciera la fuerza pública para intentar retomar el lugar, y que como iban a correr peligro, lo mejor era que salieran de inmediato. Que tuvieran claro que no estaban “retenidos” que por eso les pedíamos que salieran de la sede.
Ellos se rancharon que no, que no se iban. Y de inmediato, desde allí, una de las secretarias llamó al Arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve para informarle de la ocupación, explicarle que éramos empleados estatales y que era una acción totalmente pacífica. Nosotos por nuestra parte, le solicitamos que diera la orden para que salieran los empleados arquidiocesanos. Finalmente se acordó que todos esperáramos hasta que llegaran el director de la Pastoral Social, el padre Braulio Ortiz y el padre, José González, el Vicario de Paz y de Reconciliación.
Media hora después se produjo la desocupación de los empleados de la Arquidiócesis y nos quedamos los manifestantes, seis en total.
La Iglesia Católica pidió a la fuerza pública el respeto a las instalaciones y que no se produjera una retoma de la sede. Reconocemos que en todo momento el Arzobispo de Cali fue una persona de diálogo, respetuosa de los derechos humanos, comprometido en ayudarnos a ser escuchados por el Gobernador. A los cuarenta minutos estaban patrulleros afuera y dos camionetas de la policía, pero ya había instrucciones de respetar la acción sindical.
Pazifico Noticias TV, emitió una nota sobre la ocupación pero hace un mes y medio, en el Foro sobre Medios Alternativos realizado en la Universidad del Valle por el Programa El Tester,el director de Pazifico Noticias, Raúl Ramírez, denunció que recibió presiones “desde arriba” para no informar de la ocupación.
Lo propio, entendemos, ocurrió con Noti-5 y Noventa Minutos, que estuvieron en el sitio: Hicieron registro con las cámaras, incluso entrevistas, pero no publicaron nada. Entendemos hoy por qué…
Ubeimar a traves de sus inmediatos colaboradores presionó a los noticieros de Telepacífico para que invisibilizaran la ocupación en el Valle; pero el objetivo que era sacar el conflicto de la parroquia y hacerlo nacional, sí se logró.
Le pongo un ejemplo: El lunes 16 de mayo en la noche una comisión de sindicalistas acompañados por los presbíteros José González y Braulio Ortiz–quienes representaban al Arzobispo de Cali–dialogaron con el Gobernador. No obstante, él y como hacen las avestruces que meten la cabeza en la arena para pretender que los problemas no existen, se levantó de la mesa e hizo sentir que hasta tanto siguiera la ocupación, no dialogaba.
Sí, ese fue otro detonante. Entendimos que con el Gobernador–antes y ahora–no se puede hablar. No está interesado en los empleados. Uno de los ocupantes, de la Alcaldía, entró en huelga de hambre desde el lunes, pero, el segundo día y ante la indolencia del Gobernador, todos decidimos sumarnos. A partir de las 9:00 am, del día martes, cesó el ingreso de alimentos a la Vicaría.
Hacia las once de la mañana llegó a las instalaciones la primera de las tres comisiones médicas que estuvieron pendientes. Tomaron signos vitales y evaluaron la situación de los huelguistas, se levantó una Acta y se oficializó la huelga de hambre. Se acordó que cada tres horas estaría entrando una comisión médica para ir evaluando la situación de salud de cada compañero.
Sí, pero la embarrada es que era parte esencial de la acción sindical. No dirigía la operación como tal, pero todos estábamos de acuerdo con su direccionamiento. Al evaluar su tensión arterial se comprobó que se había disparado. Natural, por el alto nivel de estrés que se maneja en esos casos. Uno de los médicos, el director médico de la ESE de Ladera, recomendó sacarlo de la Vicaría y llevarlo a urgencias. Le dijimos: “Nos quiebra una pata si hace eso”. Y coincidimos, con el consentimiento del compañero, que se quedaba pero si se complicaba la situación, aceptaba que una ambulancia lo llevara a urgencias.
Era una romería de compañeros. Iban y venían. Claro, afuera estaban en esa primera etapa los Sindicatos que se sumaron a la toma, la mayoría de los cuales el día miércoles sacaron el cuerpo. Los sugovianos siguieron firmes. En esencia le diré: Hubo apoyo masivo. Además, desde la Vicaría cada tres horas se emitía un comunicado. Los huelguistas le pusieron a sus mensajes el título de “Comunicado desde la toma pacífica número…”
Sentimos que hubo apoyo porque la gente entendió cuál era la causa, así el Secretario General, José Luis Arcila hubiera salido con la “perla” de que sólo era un asunto de salarios. Los declaraciones se las dio a El Tiempo, tenemos el soporte… Otro elemento es que en esos tres días no se hablaba de otra cosa en el Palacio de San Francisco. Apenas llegaban a sus oficinas, los compañeros preguntaban: “¿Y cómo va la toma?”.
El Defensor Nacional del Pueblo, Jorge Armando Otálora, estuvo al tanto de la situación de la Vicaría |
Sí, desde el primer día el Defensor Nacional del Pueblo, Jorge Armándo Otálora estuvo pendiente. Le dijo a Caracol Noticias, en televisión, que estaban atentos a la situación de los empleados de Cali que ocupaban la Vicaría y aclaró que ellos gozaban de las garantías de seguridad. Es más, el propio doctor Otálora dialogó con el Defensor Regional del Pueblo, Carlos Hernán Rodríguez y le dijo: “Hay que ponerle cuidado a ese asunto de la Vicaría”. Eso llevó a que el doctor Rodríguez se reuniera con nosotros y nos dijera que había recibido las denuncias y que, además de graves, se comprometían a que se buscaría que tuvieran relevancia. De ese diálogo hay seis testigos. También se quejó porque el Gobernador Ubeimar no quería dialogar.
Otra intervención importante fue la del Ministerio del Trabajo. Designó un abogado que estuviera pendiente. La intervención ante ellos la hizo la CTC en Bogotá, y presionó para que el asunto no lo fueran a minimizar sino que le dieran la importancia que merecía.
Sí, y bastante.Como le decía la mayor adrenalina es la de las primeras dos horas. Estábamos muy alerta, y si bien es cierto la fuerza pública se retiró de los alrededores, mandaron varias personas que abiertamente estaban afuera todo el tiempo. Se hacían pasar como curiosos, pero por supuesto no era así. Entendemos lo que estaban haciendo, es su trabajo…
La primera, fue la de montar vigilancia. Unos compañeros estaban en el segundo piso, otros en la recepción pendientes de la ventana y dos en el patio. Usted ve las instalaciones por fuera y parecen pequeñas, pero entre y verá que hacia el fondo hay mucho construido. No era fácil porque la Vicaría es grande. Volvamos a lo de las tareas: En la noche hacíamos guardia, vigilando, no fuera que nos dieran una sorpresa desagradable procurando retomar el sitio. En la noche nos turnábamos.
Teníamos un número de celular que se llamó “línea de emergencia” para llamar en caso de que se produjeran sorpresas desagradables. Llamar a ese número activaba la intervención de la Iglesia Católica, de la Defensoría del Pueblo, la Personería y defensores de derechos humanos. No obstante, no fue necesario utilizarla. Otra tarea permanente era monitorear cada segundo lo que decían o no decían los medios de comunicación, y desde afuera nos mantenían dateados; con decirle que vía celular escuchábamos algunas discusiones que se dieron en la Mesa de Negociación en torno a la ocupación de la Vicaría. Insisto: Estábamos bien informados.
Sí, el tercer día de la ocupación, el miércoles, nos desconectaron. Muertos los teléfonos, y muerto el acceso a Internet. Incluso, los celulares con un acceso mínimo, de dos rayitas; no servían para nada. ¿Quién bloqueó las señales? Averíguelo Vargas. Pero nos la ingeniamos. Con nosotros había un técnico en sistemas, y el compañero se la jugó toda. Y seguimos informando mediante Comunicados. Informar garantizaba que todos supieran cómo iba evolucionando la ocupación… Todo lo hicimos de cara a la base, como caracteriza a los sugovianos.
Inicialmente, salvo el sindicato que agrupa a los maestros y que le sacó el cuerpo, los demás estuvieron de acuerdo y apoyaron la ocupación que tenía dentro a seis miembros de dos sindicatos, entre ellos por supuesto, el SUGOV. Curiosamente el miércoles ya todos estaban a favor de la desocupación, y sentimos decirlo desde el SUGOV, nos dejaron solos.
Le creyeron al Gobernador y a José Luis Arcila, y firmaron la Acta 13 en la que la Administración Departamental se comprometía a mover los escenarios a favor de los empleados. Por supuesto, nunca cumplieron. Los otros sindicatos lamentablemente creyeron en los “cantos de sirena”. Se entusiasmaron y a pesar de que el SUGOV insistió en proseguir la ocupación por tiempo indefinido, incluyendo la huelga de hambre, se apresuraron a firmar.
El tiempo nos dio la razón a los sugovianos: La Administración nos iba a hacer pistola hasta con los dedos de los pies… Son así, cuenteros.
Quedan muchas lecciones y reflexiones. La primera, que el SUGOV se hizo respetar y reafirmó, desde un lugar emblemático para Cali y el Valle como es la Vicaría, que no come cuento; la segunda, que las denuncias sobre irregularidades deben hacerse a nivel Nacional y no en la “parroquia vallecaucana” porque aquí no pasa nada; la tercera, que la actitud trapera de la Administración de no cumplir lo pactado con los empleados debe llevarnos a reflexionar si vale la pena sentarse de nuevo a una Mesa de Negociaciones en el 2015; la cuarta, que la ocupación de la Vicaría nos llevó a ganar respeto dentro del movimiento sindical nacional pese a que somos una organización relativamente modesta y pisar duro en todo el país.
Es más los Sindicatos reconocieron la valerosida de los sugovianos, la berraquera de nuestra gente y lo han hecho notar. Por ejemplo, en el Encuentro Sindical Estatal Nacional realizado en el Congreso de la República y transmitido por el Canal de televisión en directo, donde un sindicalista dijo: “Nuestro reconocimiento a los compañeros sindicalistas del Valle porque en la Vicaría dignificaron –con la ocupación pacífica y la huelga de hambre–la lucha de los empleados y obreros estatales, así los hayan dejado solos otras organizaciones que se precian de ser luchadoras”. Esas palabras surgieron de un sindicalista que no es sugoviano pero que no deja de admitir que fue una acción berraca.
Entenebrecido. Si hay algo negativo para el Valle del Cauca en los últimos años, fue la llegada del Gobernador Ubeimar que sacrificó la inversión social para pagarle a los acreedores bancarios. Luego –no sabemos si con cinismo o ingenuidad–no solo reconoció en la plaza pública su error sino que dijo, iba a pedirle a los acreedores alargar los plazos de amortización. ¡Ese argumento no se lo acepta ni Emilio!
Al momento de escribir esta nota el SUGOV estaba haciendo acercamientos con abogados de cara a una demanda por el incumplimiento de la Administración Departamental a lo pactado en la Mesa de Negociaciones, entre otras, el pago de la Bonificación del 8% y el pago de la totalidad las incapacidades –que propuso el movimiento sugoviano– y otros elementos reinvindicativos con los que se ha incumplido.