Texto y fotografías: Guillermo Sánchez | Dirigente sugoviano
Ahora que en las redes sociales abundan cuentas y perfiles donde se comparten postales antiguas de ciudades capitales, que sugieren que todo tiempo pasado fue mejor, es inevitable no sentir nostalgia y frustración por la ciudad que parece haberse ido de las manos. Imágenes que son un bálsamo al lado de lo sórdida que resulta hoy la urbe colombiana.
Es fácil observar cómo en pocos años la sociedad caleña tiró por la borda emblemas arquitectónicos que construyó en su época señorial.
No solo fueron el icónico hotel Alférez Real (hoy parque de los poetas) o los antiguos Batallón Pichincha (hoy Centro Administrativo Municipal, CAM) y Palacio de San Francisco (hoy edificio de la Gobernación del Valle del Cauca), los derribados en las narices de los vallecaucanos; con la venia de administraciones pasadas que en periodos recientes han mantenido a sus herederos en el poder.
GRANDES CASONAS EN EL CENTRO
Los relatos y retratos compartidos por los ciudadanos en las redes sociales, permite observar como el centro de la ciudad estuvo conformado por grandes casonas coloniales que, junto a algunas de las joyas arquitectónicas que se salvaron de la hecatombe “moderna”, confeccionaron un paisaje ecléctico de estilos barrocos, neoclásico y republicano francés.
Estilos que aún encontramos en obras como el Palacio Nacional de Justicia, el Edificio Otero y la Catedral Metropolitana de San Pedro Apóstol. Edificaciones que bordean la Plaza de la Constitución, que, en honor al prócer caleño Joaquín de Cayzedo y Cuero, uno de los precursores de la independencia de nuestro país, hoy lleva su nombre.
De acuerdo con la alcaldía de Cali, estas y otras edificaciones antiguas hacen parte del patrimonio histórico, arquitectónico y cultural de la ciudad.
Dentro de patrimonio, se halla su centro histórico; declarado monumento nacional en 1959, y sobre el que tímidamente se observa la aplicación de políticas de «salvaguardia, protección, recuperación, conservación, sostenibilidad y divulgación» que ordena la ley.
REPARACIÓN DE LA PLAZA DE CAYZEDO
Escasamente en el año 2022, la administración distrital de turno, realizó trabajos de refacción en la Plaza de Cayzedo, que no abrió al público hasta que no estuvo el listo el policía que, equivocadamente, algunos ciudadanos necesitan tener cerca para hacer un uso medianamente decente de los espacios públicos.
Pero si la respuesta del ciudadano flaquea en la defensa del patrimonio arquitectónico público, la de los gobiernos es desconcertante si nos remitimos a los hechos.
El Centro Histórico de Cali abarca un amplio sector que va desde la calle 5 hasta la 15 y de la carrera 13 hasta la avenida del río.
Ahí, no son pocas las edificaciones antiguas que agonizan en medio del caos y desorden de esta zona del centro, que alcanza a tener dentro de sus predios al proyecto “Ciudad Paraíso”, una aplanadora que opera bajo el mismo sofisma de la renovación urbana, que acabó con buena parte del patrimonio arquitectónico de la sucursal del cielo.
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