Históricamente el cultivo de la caña de azúcar sólo ha favorecido a un reducido número de terratenientes y de familias que se han enriquecido con la explotación de los obreros. Ahora piensan legitimar y exaltar el despojo.
La cañicultura ha estado estrechamente ligada a la historia del Valle del Cauca. Las páginas más dolorosas no son como las describe la novela “Azúcar” y otros tantos culebrones de televisión que tiñen de color rosa la realidad de las condiciones inhumanas de trabajo, la explotación y el enriquecimiento de unos pocos con el sufrimiento de muchos.
Basta recordar la huelga más grande de los corteros, en septiembre del 2008. Esa gigantesca manifestación de los obreros, costó vidas humanas y aún se viven las secuelas con el asesinato, en años recientes, de los sindicalistas de ingenios con asiento en Palmira, Florida y proximidades a Pradera y Candelaria.
LA FRESA EN EL HELADO
Como si la caña de azúcar no favoreciera a un grupo de poderosos que han hecho del azúcar su fundamento de enriquecimiento, entre quienes se cuenta el alcalde de Cali, Alejandro Éder y su familia, ahora pretenden que, con el apoyo de la Unesco, el Valle del Cauca cuente con un Paisaje Culturar de la Caña, declarándolo patrimonio de la humanidad.
Esta iniciativa surge a partir de la firma de un acuerdo marco entre las distintas administraciones, con el objetivo de fomentar el turismo y desarrollo del suroriente del departamento.
Esta genial idea integra los esfuerzos de la Gobernación del Valle del Cauca y las alcaldías de Cali, Palmira, Candelaria, Pradera y Florida.
Don Arcesio, el embolador de la Plazoleta de San Francisco, se rascó la cabeza al conocer la noticia, y tan deslenguado como es él, se atrevió a murmurar: “¡Qué chimba! Ahora quieren legitimar y exaltar la explotación y la miseria de miles de corteros de caña”
Lucía, la señora que vende mazamorra en un carrito azul, le respondió: “Esos son los ricos, que además de vivir del sudor de los pobres, se enorgullecen de hacerlo y ahora quieren pasar a la historia. Hacen hasta política y se presentan como los salvadores de la sociedad” No necesitamos mucha explicación para saber que se refería al pomposo alcalde de la capital.
No ha podido tapar los huecos de calles y avenidas de Cali y ahora pretende que los vallecaucanos sean reconocidos mundialmente por el descalabro de impulsar un monocultivo.
El argumento de estos genios es que a partir de la caña de azúcar se produce biomasa, biocombustibles, hidrógeno verde y fertilizantes.
¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA CAÑICULTURA?
Esta propuesta que sus promotores consideran lo “último en guaracha” y que llevará a la COP 16 a ser inolvidable, desconoce la polémica y oposición que ha despertada entre académicos y ambientalistas. Califican el monocultivo de la caña como un consumo depredador.
El cultivo de caña desencadena consecuencias que no son desconocidas para nadie y que, como anota el portal científico Weyslab (Ver https://bityl.co/RreK ) el cultivo y posterior quema de la caña, se refleja en las siguientes consecuencias:
- Afecta la biodiversidad y el ecosistema.
- La quema de caña acaba con mamíferos, aves, roedores, insectos, etc
- Genera gases con efecto invernadero
- Causa aridez en los terrenos
- Induce la formación de CO2 que es liberado a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global del Planeta.
- Disminuye la fertilidad natural del suelo
- Destruye la actividad microbiológica del suelo
- Favorece la presencia de plagas problemáticas
- Afecta otras actividades productivas
- Lleva a que los suelos pierdan humedad
La lista es mucho más larga, pero como diría la cultivadora de bonsais: “Dejémoslo de ese tamaño”
HABLA LA MINISTRA DE AMBIENTE
La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, se sumó al debate que ha levantado la propuesta de declarar la caña de azúcar como paisaje cultural del territorio vallecaucano.
Explicó que no comparte la iniciativa y que, por el contrario, convoca a Asocaña y a los ambientalistas a abordar el problema del monocultivo en el que se convirtió la caña.
Como se recordará, el portal CW noticias denunció el 24 de junio del año en curso (Ver https://bityl.co/Rrfd), que buena parte de la campaña de Alejandro Eder fue financiada por ingenios azucareros.
“Tierras cultivables quemadas no pueden ser consideradas paisaje cultural, cultivos de caña que han representado abusos históricos y daños a ecosistemas”, dijo el concejal caleño Rodrigo Salazar al referirse a la propuesta. (Citado en el portal La Silla Vacía)
Así las cosas, el asunto apenas está en la palestra, pero teniendo en cuenta la creciente oposición, lo más probable es que el Valle del Cauca no se convierta Paisaje Culturar de la Caña.
VALLE INVADIDO POR LA CAÑA
Como se recordará en el Valle del Cauca hay 5.800 hectáreas sembradas con caña de azúcar, correspondiente al 66% la zona plana, como lo anota un estudio de The Nature Conservancy (Ver https://bityl.co/RsX8 )
En Colombia son 280.000 hectáreas con este cultivo depredador del medio ambiente.
Se trata de una agroindustria que muele al año 24 millones de toneladas de caña. Esto alcanza para producir 2,2 millones de toneladas de azúcar, 438 millones de litros de etanol, 6,5 millones de toneladas de bagazo (con el que se hace papel, plásticos, entre otros); y 1.637 GWh de energía, lo suficiente para alimentar a una ciudad de 3,7 millones de habitantes (o un departamento como Valle del Cauca).
Pero también se están extrayendo insumos químicos a partir de la sacarosa, útiles para producir bioplásticos, solventes industriales o incluso cosméticos. (Ver https://bityl.co/RsXe )
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