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Más de 8 mil familias deberán ser reubicadas, según la Alcaldía de Cali al tiempo que ordenan desalojos por la fuerza en el Jarillón. Las acciones han incluido violencia contra población civil. Personería investiga.
Por Fernando Alexis Jiménez
El sacerdote Sebastián Zuluaga se entusiasmó cuando vio que La Ermita estaba llena porque se imaginó que muchos fieles estaban volviendo a la fe católica. Bien tarde se enteró que se trataba de una ocupación pacífica a uno de los templos emblemáticos de Cali.
Al principio no solo se sorprendió sino que pensó que se podría armar la de Troya, a las afueras del templo, pero después de un diálogo breve, comprobó que estaban luchando por una causa: El derecho a vivienda digna.
Minutos después él mismo le dijo a la prensa: “… la toma es pacífica. Ellos no están haciendo daños; simplemente están reclamando por los recientes desalojos de la Fuerza Pública”.
Al principio no solo se sorprendió sino que pensó que se podría armar la de Troya, a las afueras del templo, pero después de un diálogo breve, comprobó que estaban luchando por una causa: El derecho a vivienda digna.
Minutos después él mismo le dijo a la prensa: “… la toma es pacífica. Ellos no están haciendo daños; simplemente están reclamando por los recientes desalojos de la Fuerza Pública”.
Y es que la arremetida fue tremenda. Los policías llegaron amenazadores y actuaron. ¿El adversario? Familias del jarillón del río Cauca, cuyas únicas armas son la esperanza de tener dónde meterse. ¿Acaso aspirar a vivir dignamente es delito en Colombia?
Pero justo el alcalde, Rodrigo Guerrero Velazco, que ganó con la gente del jarillón muchos votos, fue el que ordenó su retiro.
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| Una lucha desigual… Los destechados sin nada en las manos y “los otros” con armas… |
Aquí estamos y aquí nos quedamos
Durante el día el calor es insoportable y en las noches el frío intenso. Contrastes de la vida. Como su propio drama: Lo único que reclaman es techo propio.
“Nos vamos a quedar aquí hasta que sea necesario porque somos ciudadanos y no nos pueden sacar a la calle así por así, acabando con el sustento de nuestras familias”, dijo Carlos Gutiérrez, uno de los manifestantes que está al interior del templo. Es un hombre de pueblo, que al igual que usted y yo lucha por sobrevivir en este país. No fue reacio al diálogo conmigo, que más que cualquier cosa soy un sindicalista y de una organización comprometida con las luchas del pueblo, el SUGOV.
No aceptan que la Administración Local los reubique en unos apartamentos donde no tienen espacio para instalar sus negocios que tienen en el jarillón del río Cauca.
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| Guerrero que logró votos en Aguablanca y el Jarillón, ordenó desalojarlos… Politiquero al fin… |
El sofisma de la Administración: Los culpables son ellos. La Administración de Guerrero que ordenó el desalojo, sale al paso diciendo que continúa dispuesta al diálogo. El 16 de junio pasado estuvieron en La Ermita dizque dispuestoa a llegar a acuerdos con los ocupantes, pero su decisión es proseguir con las acciones. Los acercamientos, en esas condiciones, terminen en ruptura.
El asunto está en revisión por parte del Consejo de Estado, no obstante, Guerrero sigue empecinado en la reubicación de quienes habitan sectores como Venecia, Cinta Larga y Las Vegas, estará suspendida como medida cautelar.
“Seguimos firmes en la lucha y denunciamos que policías golpearon a niños y mujeres embarazadas durante las acciones de desalojo; es más, ahora tenemos una señora que está a punto de perder su hijo”, dijo Gutiérrez quien recordó que las autoridades competentes conocen de la situación.
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| La fuerza pública haciendo gala de su estrategia disuasiva… O se van o se van... |
En las afueras de La Ermita, familiares y amigos comparten gaseosa y pan con la veintena de policías que rodean las instalaciones. “No han intentado meterse a la fuerza”, dijo una de las personas que llevan más de siete días dentro.
Cabe recordar que la Administración destinó cerca de $100.000 millones para el reforzamiento del jarillón y la reubicación de las familias.
Están acabando con el jarillón
Jackeline Ariza, es otra de las personas afectadas. En su criterio, no son “avivatos” como pretende hacerlos aparecer la Administración de Guerrero. “Esta decisión del Alcalde nos deja en la calle, y desconocen que hay mujeres embarazadas, niños pequeños, ancianos y hasta personas en condición de discapacidad”, explicó.
El Arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve, asumió una posición verraca: No permitirá el desalojo de los manifestantes. Igual hizo cuando seis compañeros—varios de ellos del SUGOV—ocuparon las instalaciones de la Vicaría Arquidiocesana para la Paz y la Reconciliación. No permitió que los efectivos de la policía que estaban afuera, procedieran a la retoma de las instalaciones, como tenían planeado.
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| Los destechados del Jarillón de Cali son Juan Pueblo… Nos encarnan a usted y a mí en la lucha contra la pobreza y la indolencia del Estado… |
Monseñor Monsalve llamó al Comandante de la Policía Metropolitana para pedir que retiraran la fuerza pública y no se procediera con ninguna acción que pudiera poner en peligro la integridad de los empleados públicos de la Gobernación y la Alcaldía que se encontraban apertrechados en la casona.
Se estima, volviendo al tema del jarillón de Cali donde se están protagonizando desalojos, que deben salir por lo 8500 familias de acuerdo con un censo realizado por la Secretaría de Vivienda Municipal. Su propuesta es reubicarlas pero el panorama no está muy claro aún
Si desea ver imágenes y un informe sobre la ocupación a La Ermita, haga CLIC a continuación è http://bcove.me/rttjeqb8
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