Por Nelson Lombana Silva
Victorioso marcha a la eternidad el comandante fariano, Jaime Guaraca. Murió el 5 de mayo de 2020. Su profundo amor por el pueblo humilde y desamparado por esta rancia oligarquía, lo llevó a dedicar toda su vida a la causa noble de la paz, la justicia social y la revolución socialista en Colombia. No ahorró energías. Fue consecuente con los anhelos del pueblo.
A pesar de las crudas torturas de las fuerzas militares en Cali y posteriormente en la Gorgona, donde infamemente fue recluido en las más inhumanas condiciones que se pueda someter a un ser humano, el heroico guerrillero Jaime Guaraca no se rindió, ni le hizo una sola concesión a la burguesía nacional y al imperialismo norteamericano. Se mantuvo firme y decidido a luchar por la segunda y definitiva independencia.
Su obra es inmortal. Su ejemplo de sencillez y abnegación continuarán brillando en la conciencia de las presentes y futuras generaciones, que tomarán su legado cristalino y avanzarán hacia la toma del poder en Colombia, contra viento y marea. Fue quizás el hombre de más confianza del legendario comandante Manuel Marulanda Vélez. Durante un período fue el número dos en la comandancia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC – EP).
Desde muy niño fue empujado por el estado y el militarismo recalcitrante a la violencia, violencia que se manifestó en el terrorismo de Estado que gobiernos como Guillermo León Valencia y los que siguieron en ese puesto, desataron contra los pobres y los campesinos. Ese terrorismo de Estado, obligó a Jaime Guaraca a empuñar las armas para defenderse y defender al pueblo del sur del Tolima, principalmente. Su lucha pródiga, consecuente y férrea brilló en el firmamento colombiano. Realmente, el comandante fariano Jaime Guaraca batalló por la reforma agraria, obras de desarrollo comunitario para todos y todas. Fue un apóstol defensor de los oprimidos y explotados de Colombia. Por orden del secretariado de esta organización política-militar, pasó sus últimos años en la Habana (Cuba).
Humano muy humano
El comandante Jaime Guaraca fue ante todo una persona humana muy humana. Un campesino trabajador y emprendedor, que tuvo que dejar el surco para tomar las armas. Todos sus hermanos fueron asesinados durante la violencia bipartidista. Realmente Jaime fue un sobreviviente de ese genocidio contra el pueblo colombiano, genocidio que continúa en el siglo XXI.
Era hijo de Concepción Durán y Eliodoro Guaraca. Nació el 5 de abril de 1938, en la finca San Isidro, vereda la Estrella, municipio de Planadas (Tolima). De niño en la escuela, se cuestionaba por qué unos tenían de sobra y otros no. “Yo decía: ¿Por qué unos tienen capacidad de llevar todo lo que necesitan a la escuela y otros no? Había unos que llevaban unas pizarras buenísimas, muy bonitas, en cambio otros como nosotros, era una pizarra chiquita en la que habían estudiado los primeros hermanos y ahí las teníamos todavía”.
A los diez años y cuatro días de nacido, ocurrió el abominable magnicidio del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, iniciándose la más espantosa violencia impulsada fundamentalmente por los dos partidos tradicionales: El Liberal y el Conservador. A esa edad, se encontró con tres campesinos asesinados y torturados, teniendo que dejar su casa e irse a dormir en el monte con sus padres y demás miembros de la familia. La pacífica región del sur del Tolima dejaba de serlo y la zozobra de la muerte asechaba en caminos y veredas del sur del Tolima, por obra y gracia de personajes siniestros como Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez, Guillermo León Valencia, Carlos Lleras Restrepo, etc.
Se desarrolla la más brutal violencia y no había guerrilla. Eso demuestra claramente que la guerrilla no generó la violencia en Colombia, como suele decir el establecimiento. El verdadero generador de la violencia fue el Estado, la guerrilla surge como respuesta a esa violencia y a esa ausencia de posibilidades del pueblo salir adelante.
Jaime Guaraca, hizo parte de la resistencia de Marquetalia, el plan de tierra arrasada de inspiración gringa con el uso descomunal de más de 10 mil militares contra 47 campesinos liderados por Manuel Marulanda Vélez y Jaime Guaraca, entre otros. Así las cosas, la guerrilla surge como necesidad histórica de defenderse de las tropelías del binomio militar-paramilitar que se ensañó contra el pueblo colombiano.
Participó de varias amnistías, todas incumplidas por la burguesía. No fue tenido en cuenta en los diálogos de la Habana a pesar de su lucidez mental y política. Y a pesar de tener reparos en el acuerdo final, el comandante se mantuvo fiel a la decisión tomada por la mayoría, en cumplimiento del centralismo democrático. “Toda la dirección participó de las conversaciones, luego, ella debe responderle a la organización y al pueblo colombiano”, dijo.
A toda la familia, amigos y relacionados nuestro saludo de solidaridad. Las ideas revolucionarias y políticas de Jaime seguirán brillando sin mancha en el firmamento y en la conciencia de millones de seres humanos que luchan por la paz y el socialismo en Colombia.
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Cali, Abril/58. Economista con estudios pos universitarios Universidad de la Habana-Cuba. Especialización Administración Pública UNIVALLE. Directivo Sugoviano y Líder Comunitario –JAC, Coordinador de Cuadra.
Escribe desde 1984, siendo su primer fragmento “Tristeza y Alegría”. Desde entonces no ha cesado de trazar unas cuantas líneas denominadas MI VOZ. Su escuela literaria su Tío el Escritor caleño Arturo Alape. Prepara compilación de sus trazos diversos pero unitarios: Imaginar Futuro como lo decía Galeano.
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