Sugov
Por Fernando Alexis Jiménez
La Ley del Embudo. Nadie sabe quién la descubrió, quién la patentó o las diferentes variables de la física que la dirigen. Sin embargo, todos saben cómo opera. Lo ancho para los privilegiados, y lo estrecho para los oprimidos. Y, por supuesto, al Gobierno le gusta la Ley del Embudo. Si usted le pregunta a Santos le dirá que es el mejor descubrimiento después de la Ley de Gravedad, de Isaac Newton, y si habla con el piloto del avión sin rumbo, le dirá que en Singapur causó sensación ese avance de la modernidad y que desde allí aseguran que funciona mejor en Latinoamérica, donde los pobres son cada vez más pobres, y los ricos cada vez más ricos.
Y la Ley del Embudo se hizo sentir con mayor rigor desde que Santos ocupó la silla Presidencial. Llamó a los colombianos a ser austeros en el manejo del dinero, y desde el Nivel Nacional pidió hacer un esfuerzo adicional para “racionalizar los gastos de funcionamiento del Estado.” Él se proclama un ejemplo claro de la rigurosidad para evitar gastos suntuosos.
Aunque asegura que en su Gobierno los gastos son un 30 % menos que los que tuvo en el rubro de funcionamiento el gobierno de Uribe, ni siquiera doña Mechas en Villavicencio le cree y sonrió al ver la noticia; luego miró con aire de superioridad a su sobrina y a su nieta, y para no quedar mal, dijo: “En buena hora les recomendé que votaran por JuanPa.”
Pese a ello, hay un déficit de más del 4,1 % del PIB y es necesario “apretarse el cinturón”. Y eso, por supuesto, nos cobija a usted y a mí como empleados de la Gobernación. La Ley del Embudo en su más clara expresión.Y como consecuencia, viene el “Plan de Austeridad” que tiene como propósito ahorrar un billón de pesos. Lo que se gastaron en darse “vitrina” a través de la prensa, la radio, la televisión y la Internet, y que ahora tendremos que pagar los estatales.
La otra cara de la moneda
Al igual que ocurre en el Valle del Cauca, en donde se habla de austeridad pero aumenta la Nómina Paralela que lleva a decenas de personas a estar detrás de un “contratico”, rogándole a Odilmer y hasta a Emilio, el Presidente Santos aplicó la Ley del Embudo en unos gastos pero, ese ahorro, lo destinó a otro propósito: Pagar publicidad.
¿Sabía usted que de acuerdo con la Contraloría General de la República, las entidades del Estado gastaron en publicidad y eventos la nada despreciable suma de $2,3 billones entre el 2012 y enero del 2014?.
¿Cuántos hospitales pudieron construirse con ese dinero?¿Cuántas viviendas se podrían haber edificado?¿A cuántos colombianos se les pudo subsidiar la salud?¿Cuántas nuevas Instituciones Educativas, incluso de nivel Medio y Superior, pudieron construirse? Eche lápiz: 2,3 billones de pesos es muchísima plata. Todo para darle imagen a Santos en el periodo preelectoral. ¿Se da cuenta? La Ley del Embudo sí funciona, pero cuando se la aplican a Juan Pueblo, es decir, a usted y a mí aun cuando haya compañeros que se crean de estrato 9 y olviden que como empleados de la Gobernación son asalariados y por tanto, clase trabajadora…
Vuelve y juega la Ley del Embudo en el gasto público
Por esa razón ahora el Presidente habla de disminuir en un 40% los gastos de publicidad, de viaje y viáticos en un 15 %, el gasto de celulares y papelería en un 10 %, a la vez que los gastos en vehículos, gasolina, esquemas de seguridad y escoltas al tiempo que anunció el congelamiento de la Nómina Estatal.
De acuerdo con la Contraloría, mientras en el 2012 el Estado gastaron en eventos y publicidad $ 946.000 millones ($55.000 millones correspondieron a la Cumbre de las Américas), y en el 2013 $177.210 millones, entre julio del 2013 y enero del 2014, el gasto fue de $1,1 billones: $686.000 millones en eventos y $502.538 en publicidad.
El informe también señala las entidades del Estado que más contratan en publicidad. El Departamento para la Prosperidad Social, Ministerio de Educación, Ministerio de Defensa, Ministerio del Trabajo, Ministerio de Industria y Turismo, Ministerio de Agricultura, Ministerio de las TIC, Ministerio de Minas, y el Ministerio de Protección Social. Estas nueve entidades controlan el 80 % de los contratos por publicidad y eventos.
Le Ley del Embudo funciona, no para el Nivel Directivo del Estado, sino para Juan Pueblo. No lo olvide jamás. Y mientras unos pocos se gastan la plata de muchos, la consigna es “reducir gastos”. Y reducir gastos a costa de la calidad de vida de las personas. Millares de colombianos diariamente “sobreviven” a la precariedad y la pobreza, otros tantos se mueren a las puertas de los hospitales porque no tienen seguridad social, y en los buses es común ver personas pidiendo para comprar medicamentos. Pero el flujo del dinero no disminuye en el Estado. Lo aprietan para nosotros, pero para los privilegiados no aplican los topes ni las restrucciones.
Eso es desigualdad social. Eso es violencia Estatal. Eso es atropello a los colombianos. Esa es la mejor demostración de que la Ley del Embudo funciona: Lo ancho para los que gobiernan, y lo estrecho para los de a pie, para usted y para mi…
No se que piense doña Mechas allá en Villavicencio, lo cierto es que ni Uribe, ni Santos arreglan este país. Y mientras liberales, conservadores, los de centro y los de al lado se riñen por un caudillo, estamos siendo víctimas del invento más dañino del Siglo XX: La Ley del Embudo.
NOTA IMPORTANTE: La columna que acaba de leer interpreta el pensamiento de su autor y no compromete al movimiento sugoviano.
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