smngrs951
La eventualidad de un golpe de Estado, así sea por vía del Congreso como consecuencia de la unificación de las fuerzas de oposición, fue uno de los escenarios que analizó el VIII Congreso Nacional de la CUT que deliberó por espacio de tres días en Santafé de Bogotá. “Sería el peor momento para Colombia que se vería reflejado en una persecución sin precedentes para las fuerzas sociales y, por ende, para quienes ejercen la labor sindical”, coincidieron en asegurar los participantes.
En esa dirección se rechazó el que, hace poco más de un mes, se allanaran las instalaciones de Fecode, lo que abre las puertas para que, igual se produzcan incursiones retaliatorias a otras sedes sindicales de organizaciones que asumen una posición crítica. En pocas palabras, aquellos sindicatos que no tragan entero y defienden los intereses de la clase trabajadora.
RESPALDO A LAS POLÍTICAS DEL CAMBIO
Los más de 1200 delegados de sindicatos de todo el país, entre los que se encontraba el SUGOV, reafirmaron su respaldo a las políticas del cambio y al gobierno, encaminadas a establecer la paz total y propender por la justicia social y ambiental.
“Apoyar las reformas sociales de la salud, la educación, la laboral y pensional, que cursan actualmente en el Congreso, alentando la movilización social y popular para impedir que los sectores de derecha sigan modificando las reformas contenidas en el programa de gobierno. Propender por el cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo y la plena aplicación de la inversión social prevista en el presupuesto nacional 2024.”, anota el documento que suscriben los sindicalistas.
RECONOCIMIENTO DE LOGROS GUBERNAMENTALES
En el marco de las deliberaciones del VIII Congreso Nacional de la CUT, se revisaron situaciones que se deben revisar y corregir en el gobierno Petro, al tiempo que se destacaron logros como el hecho de que, por primera vez en muchos años, los rubros de educación y salud superan el de defensa.
Igualmente, las compras de cerca de 300 mil hectáreas de tierra y un millón formalizadas, la política de reindustrialización atendiendo la economía popular, solidaria y comunitaria, los incrementos salariales del mínimo y de los estatales, con varios puntos por encima de la inflación, cuando esta disminuye implica alivios en sus mejores ingresos, la matrícula cero, entre muchos.
COMPROMISO CON LA PAZ
Los participantes en el Congreso reafirmaron el compromiso de los trabajadores colombianos con la Paz Total. Resaltaron la creación del Comité Nacional de Participación articulado a la mesa de diálogo con el ELN y los ceses al fuego.
“Se debe seguir avanzando con los otros actores del conflicto, entendiendo la oportunidad que se deriva de tener un gobierno que ha estado a lado de la paz. En este marco reiterarle al gobierno la necesidad de desmantelar el paramilitarismo y el cumplimiento del acuerdo de la paz con las FARC.”, anotaron los trabajadores en la declaración política, al término del evento.
EXIGENCIAS AL GOBIERNO
Los sindicatos filiales de la CUT acordaron demandar del gobierno nacional que oriente sus esfuerzos hacia el cumplimiento de los compromisos de la reparación colectiva del sindicalismo, en especial de programas y campañas mediáticas para resaltar al sindicalismo como institución de la democracia y fortalecerlo con campañas de sindicalización.
Igualmente coadyuvar en el propósito de consolidar un Acuerdo Nacional donde se tengan en cuenta las propuestas de los trabajadores, las comunidades y el pueblo en general, que aclimate la gobernabilidad y cree un ambiente favorable a las transformaciones y el cambio que el estallido social estableció.
LUCHAR CONTRA TODAS LAS FORMAS DE OPRESIÓN
El VIII Congreso de la CUT coincidió, finalmente, en la necesidad de ratificar el compromiso de trabajadores y trabajadoras de luchar por la eliminación de todas las manifestaciones de opresión, violencia y discriminación contra las mujeres y avanzar por la urgente transformación social del país.
Para ello, desde la Central, se plantea la necesidad de defender la vida, los cuerpos y las reivindicaciones propias de las mujeres para confrontar la cultura patriarcal, en oposición al modelo neoliberal que profundiza las desigualdades de género y la sobreexplotación de la fuerza de trabajo.
Asimismo, se coincidió en la urgencia de atender de forma especial a los jóvenes, independientemente de su vinculación laboral, para organizarlos en los sindicatos y fortalecer con ellos estructuras organizativas con la juventud del estallido social. Este propósito debe ir de la mano con desplegar toda una campaña de crecimiento y afiliación sindical, junto a las escuelas de formación que eleve el nivel ideológico y político de la juventud, tal que les permita acceder a las instancias de decisiones y dirección en las estructuras sindicales.
About Author
