SINDICATO UNITARIO DE LA GOBERNACIÓN DEL VALLE DEL CAUCA
NOSOTROSCONTACTO 30 Dic, 2024

Ante la indolencia de la Administración, las cabañas de Juanchaco se están cayendo a pedazos

A pesar de las múltiples acciones del SUGOV, la administración departamental del Valle del Cauca sigue dejando de lado la urgencia de reparar las cabañas de los servidores públicos. Las débiles estructuras de madera, se están cayendo a pedazos.
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A pesar de las múltiples acciones del SUGOV, la administración departamental del Valle del Cauca sigue dejando de lado la urgencia de reparar las cabañas de los servidores públicos. Las débiles estructuras de madera, se están cayendo a pedazos.

No exageramos. Es más, decidimos verificarlo. Y fuimos hasta el lugar. Comprobamos que las cabañas de Juanchaco, construidas para que en ocasiones especiales, los servidores públicos de la Gobernación del Valle del Cauca tuvieran espacios de esparcimiento con su familia, se están cayendo a pedazos.

Dicen que desean acabar con las cabañas para entregarle el terreno a la Armada Nacional—nos dijo Ramiro Mosquera. Lleva años en el lugar. Nos contó que ese ha sido un proyecto de tiempo atrás–: Argumentan que, fortaleciendo la presencia militar, protegen al Pacífico. Puro cuento, acá estamos en una pobreza la berraca y nadie hace nada, menos el gobierno departamental, nos tiene olvidados como a las cabañas

Al fondo, el rumor del mar. Las olas que mueren en la playa y, en un vaivén que no termina, se alejan con desgano en medio de la espuma, como letras fugaces escritas en la arena y se desdibujan como fotos viejas.

-En el SUGOV denunciamos eso, que las cabañas se están acabando y que, acá se rumora, el terreno quedará en manos de la Armada. Dijeron que especulábamos–, le dijimos al hombre, que con la certeza de quien no es chismoso, sino que repite algo cierto, nos respondió casi de inmediato.

¿Cuento? No, que va. Y si no, dígame, ¿Por qué están así? No huelen a madera y humedad, sino a tristeza y abandono

Coincidimos con Ramiro. No hay derecho. Llevan tiempo respondiéndole al SUGOV que invertirán en su mejoramiento, y nada.

Ramiro fue discípulo de Luis Enrique Urbano Tenorio, o mejor conocido como Peregoyo, autor de “Mi Buenaventura”. Aun cuando se compuso en 1961 y el tema alcanzó la gloria cuatro años después, él que estaba joven, lo acompañaba con las maracas.

Fue una época buena, ¿no cree?

Claro que buena. Se bailaba toda la noche, especialmente en los carnavales de agosto. Aunque desde julio empezaba el jolgorio--, nos relata. Y cuando le preguntamos por Yecid González, el dirigente sugoviano, reflexionó unos instantes:

Sí, creo que lo conocí. Le gustaba ir a rumbear los domingos en la tarde, en el Caney. Con una sola cerveza, se bailaba a todas las muchachas. Tira paso, lo vi, le gustaba la salsa, pero también el currulao, el tamborito, el abozao, el patacoré, la juga o el bunde, y el sonido inconfundible del cununo

Y retoma el asunto de Juanchaco. Vive hace doce años allí. Recuerda que hubo una época, cuando estaba de gobernador, Ángelino Garzón, en que tenían las cabañas en buen estado.

Usted viera como tenían de bonitas las cabañas; la madera la pintaron de colores. Les hacían mantenimiento…

–¿Y en la época de Ubeimar?

–¿Ubeimar, el blandón? Allí fue cuando comenzaron a caerse las cabañas. Un día Dilian dijo que en Juanchaco habría un polo de desarrollo económico, algunos lloramos de la emoción, una vecina compró una carreta dizque para venderle frutas a los turistas que llegarían como langostas en cosecha tierna, y nada. Primero se le dañó. Por ahí tiene una de las ruedas de la carreta, para trancar la puerta principal… ¿y las cabañas? Allí, sosteniéndose en cuatro horcones, por pura terquedad, para no caerse y darle gusto a la Gobernación…

¿Y con Clara Luz?

Déjelo así… le digo, déjelo así…

En la mañana cayó una lluvia fuerte. En el horizonte del mar hasta se vieron relámpagos y uno que otro trueno que se perdía en la distancia. Los habitantes dicen que siempre llueve duro en Semana Santa.

Los considero—nos dice—Con ese aguacero, debe haber caído mucha agua dentro de las cabañas—suelta la carcajada–. Como esta ese techo desbaratado, es mejor dormir afuera.

En la noche lo volvimos a ver. Ramiro estaba jugando dominó, con otros parroquianos, en la tienda La Abundancia, de doña Eufemia. Es una estancia pequeña, con estantes hechos con tablas y guadua. No ofrecen mucho, salvo arroz, aceite, sal, azúcar y café. También panes, pero llevan tres días en la vitrina. Los traen del puerto. están algo duros, pero no hay más…

Dígale a Clara Luz que haga algo por las cabañas, que se deje ver, aunque sea con alguito.

Volvimos a las cabañas. Hace un calor húmedo, aguantable. Y si, le vamos a decir a la Gobernadora que no se olvide de las cabañas que son para el uso de los servidores públicos… Y que se acuerde de los moradores de La Bocana, La Barra, Punta Soldado, Juanchaco y Ladrilleros que en época de campaña repetían con una sonrisa de esperanza: “La tenemos Clara“, pero hoy la ven más oscura que una noche sin estrellas en Buenaventura.

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El Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle del Cauca-Diverso pero Unitario, es una Organización Sindical de Industria y/o rama de actividad económica de primer grado y mixta, que tiene en su seno a Servidores Públicos adscritos en los Niveles Central-Descentralizado, EICES-ESES-de Nivel Dptal. y Funcionaros de Educación planta FODE .


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